El barril Brent, referencia para el mercado mundial del petróleo ligero, cerró el 1 de septiembre con una cotización de US$91.61. Una cifra que confirma un cambio de tendencia. Es el tercer mes consecutivo de caída en el precio del crudo, que se disparó en febrero con motivo de la guerra en Ucrania y que el 1 de junio superaba los US$122. Desde entonces, se ha desplomado cerca de un 25 %.
Si bien las causas de un cambio de tendencia de este tipo son múltiples, la principal tiene que ver con una caída de la demanda focalizada en dos de los principales consumidores de petróleo:
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El gigante asiático vive momentos delicados. Su Producto Interno Bruto se contrajo un 2.6 % en el segundo trimestre del año. Además, en las últimas semanas, el país ha tomado medidas severas contra la pandemia, incluidos confinamientos, y ha sufrido una sequía severa que ha golpeado a su industria.
Por tanto, la economía china cae, lo que indica que su consumo se está reduciendo. Algo que afecta directamente a la demanda de petróleo, ya que China fue en 2021 el mayor importador del mundo de crudo, con más de 12,700 barriles diarios.
Si China importó más de 12,700 barriles diarios en 2021, Estados Unidos se acercó a los 8,500, convirtiéndose en el segundo país que más petróleo compró. Así, tanto la política reciente de la Reserva Federal como las palabras de la pasada semana de su presidente, Jerome Powell, también inciden en la cotización del barril Brent.
Estados Unidos entró en recesión técnica tras dos trimestres consecutivos de contracción del PIB. Además, su política sigue encaminada a luchar contra la inflación por la vía de la reducción de la demanda. Tras las declaraciones de Powell, se prevén nuevas subidas de tasa de interés en septiembre, lo que desincentiva el consumo. El precio de petróleo se resiente.
Para profundizar: Estados Unidos, en recesión técnica; esta es la radiografía completa
¿La reducción del precio del barril Brent es una buena noticia? El primer impulso invita a pensar que puede serlo. Si el precio de los combustibles fue uno de los que encendió la llama de la inflación, una caída del petróleo podría ayudar a apagarla.
Sin embargo, el incierto escenario de los últimos meses invita a la máxima prudencia. Más teniendo en cuenta cuál es la base de esta reducción de precios, una contracción de las dos mayores economías del planeta.
Así, muchos expertos apuntan a que estamos a las puertas de la temida estanflación, y que esta bajada en el precio del petróleo puede ser el síntoma definitivo. Con China y Estados Unidos dejando de utilizar tanto petróleo como acostumbraban, todo indica que el consumo y la producción seguirán cayendo. Mientras, las tasas de inflación siguen siendo elevadas.
En definitiva, se confirmaría que entramos en un contexto de expansión lenta o negativa de la economía e inflación alta. Un laberinto complicado, ya que las medidas necesarias para controlar los precios afectan al crecimiento, y las medidas que incentivan el crecimiento pueden provocar un aumento de precios.
Por tanto, lo que en principio suena a buena noticia puede tornarse en una melodía inquietante.
Por Redacción Mercado
Otro factor a tener en cuenta: Baja el precio de los contenedores: ¿la luz al final del túnel de la inflación?
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