En el contexto de una economía global en constante cambio, el nearshoring se ha posicionado como una de las estrategias más atractivas para las empresas que buscan optimizar sus cadenas de suministro y reducir la dependencia de proveedores distantes.
Este modelo implica trasladar actividades productivas o de servicios a países cercanos al mercado final, aprovechando ventajas logísticas, geográficas y de capital humano. En el contexto de América Latina, el nearshoring ha ganado popularidad debido a varios factores que hacen de la región una opción atractiva para las empresas, especialmente aquellas con sede en Estados Unidos y Europa.
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En América Latina, cuatro países destacan por su potencial para capitalizar esta tendencia: Colombia, República Dominicana, Perú y Panamá, quienes presentan una combinación favorable de ubicación estratégica, entorno de negocios, infraestructura logística y capital humano, según un informe titulado Nearshoring – Unveiling Latin America’s Potential.
Estas conclusiones surgen de las estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sobre cuánto podrían crecer las exportaciones de estos países a Estados Unidos y la comparación con las exportaciones no tradicionales actuales.
Colombia se perfila como uno de los beneficiarios del nearshoring en la región, gracias a su ubicación estratégica y una infraestructura logística robusta. Su posición geográfica facilita el acceso a mercados tanto de América del Norte como del Sur, lo que lo convierte en un centro atractivo para empresas que buscan optimizar rutas comerciales. En los últimos años, el país ha invertido significativamente en la modernización de puertos, aeropuertos y redes viales, con el objetivo de fortalecer su conectividad.
Además de su infraestructura, Colombia cuenta con un capital humano altamente calificado, particularmente en sectores como la manufactura avanzada y la tecnología. Las zonas francas del país ofrecen incentivos fiscales a las empresas extranjeras, lo que suma un atractivo adicional para la inversión. Este entorno favorable ha hecho que sectores como la industria automotriz, electrónica y tecnología de la información vean en Colombia una opción viable para establecer operaciones.
El potencial de crecimiento de Colombia en el nearshoring es significativo. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el país podría aumentar sus exportaciones a los Estados Unidos en más de un 10 %, superando a otros mercados clave de la región. No obstante, para consolidar su posición, Colombia deberá seguir apostando por mejorar su entorno de negocios y garantizar la estabilidad política y macroeconómica.
República Dominicana ha emergido en los últimos años como un destino clave para el nearshoring en el Caribe. Su crecimiento económico sostenido, estabilidad política y proximidad a Estados Unidos la convierten en un lugar estratégico para empresas que buscan reducir costos logísticos y tiempos de transporte.
El país ha realizado importantes inversiones en infraestructura, con la modernización de sus puertos y aeropuertos, así como en el desarrollo de zonas francas que ofrecen atractivos incentivos fiscales. Además, la República Dominicana cuenta con una mano de obra joven, capacitada y competitiva, lo que la convierte en un destino atractivo para sectores como la manufactura, la tecnología y los servicios.
El potencial de crecimiento del país es notable, con proyecciones que indican un aumento en las exportaciones hacia Estados Unidos de más del 10 %, según estimaciones del BID. Este crecimiento se debe, en gran medida, a la cercanía geográfica del país con Estados Unidos, lo que reduce significativamente los costos de transporte y los tiempos de entrega.
Perú ha mostrado un crecimiento sostenido en las últimas décadas, posicionándose como una economía estable y atractiva para la inversión extranjera. Este crecimiento, combinado con una infraestructura moderna y tratados de libre comercio con grandes economías mundiales, ha permitido que el país se convierta en un candidato destacado para el nearshoring.
La mano de obra peruana, reconocida por su alta calificación, ha sido un factor clave para atraer empresas de diversos sectores. Desde la agroindustria hasta la tecnología de la información, Perú ha logrado diversificar su oferta productiva, lo que lo convierte en un destino atractivo para empresas que buscan diversificación en sus cadenas de suministro.
Además, el gobierno peruano ha implementado políticas favorables para la inversión extranjera, ofreciendo seguridad jurídica y un entorno empresarial estable. Estas medidas, junto con su creciente conectividad logística, refuerzan su atractivo en el contexto del nearshoring.
El potencial de crecimiento de Perú en términos de exportaciones hacia Estados Unidos también es notable, con proyecciones que superan el 10 %, situándolo entre los países con mayor capacidad de capitalizar esta tendencia.
Panamá, con su emblemático canal y su avanzada infraestructura logística, es el corazón del comercio internacional en la región. El país ha logrado posicionarse como un punto clave para las operaciones de nearshoring, aprovechando su ubicación estratégica y su conectividad global. Los puertos de clase mundial y su excepcional conectividad aérea hacen que Panamá sea un nodo crucial para el tránsito de mercancías, no solo en América Latina, sino a nivel mundial.
La economía dolarizada de Panamá también reduce los riesgos cambiarios para las empresas que deciden establecer operaciones en el país. Además, las zonas francas y los incentivos fiscales proporcionan un entorno empresarial favorable, atrayendo a empresas del sector logístico, distribución y manufactura ligera.
El nearshoring en Panamá tiene el potencial de transformar aún más su economía, impulsando sectores clave y fortaleciendo su posición como un centro logístico global. Al igual que Colombia, República Dominicana, el BID estima que el país podría aumentar sus exportaciones a los Estados Unidos en más de un 10 %, lo que demuestra el enorme potencial que tiene para aprovechar esta tendencia global.
En los últimos años, Costa Rica se ha convertido en un destino destacado para el nearshoring en América Latina, una estrategia en la que las empresas trasladan operaciones a países cercanos a sus mercados principales. Esta tendencia busca reducir costos y mejorar la eficiencia operativa.
Un informe de Jones Lang LaSalle (JLL) destaca que Costa Rica se distingue por su entorno empresarial favorable, estabilidad política y una fuerza laboral altamente calificada. Estas características lo han convertido en un punto estratégico para la expansión de empresas globales, especialmente en sectores como tecnología y ciencias de la vida. Más del 60 % de la población laboral del país tiene un título universitario, lo que proporciona acceso a talento especializado.
El país también ha implementado un régimen fiscal atractivo para inversores extranjeros y ha fomentado políticas de sostenibilidad que coinciden con los objetivos de responsabilidad social de muchas empresas, lo que aumenta su atractivo. Gracias a estos factores, Costa Rica sigue consolidándose como un destino confiable y competitivo para el nearshoring en la región.
Aunque estos países presentan un potencial significativo para capitalizar el nearshoring, también enfrentan desafíos importantes. La estabilidad política y macroeconómica es un factor crucial para atraer inversiones extranjeras a largo plazo. Las turbulencias políticas en algunos países de la región podrían alterar las proyecciones y frenar el interés de las empresas por establecer operaciones en estos mercados.
Además, las políticas de comercio internacional de Estados Unidos tendrán un impacto directo en el futuro del nearshoring en América Latina. Dependiendo de la dirección que tomen las decisiones comerciales bajo la administración de líderes como Kamala Harris o Donald Trump, los países de la región podrían beneficiarse o enfrentar obstáculos adicionales.
Por último, para que estos países aprovechen al máximo el nearshoring, no bastan esfuerzos aislados o iniciativas privadas. Es necesario que los gobiernos y el sector privado trabajen en conjunto para crear un entorno favorable, con reglas claras, incentivos fiscales y una infraestructura adecuada. Solo así podrán consolidarse como los principales destinos de nearshoring en América Latina.
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