Lecciones del covid-19 para una agenda sostenible

Por pferreras | abril 21, 2021

Aún más tras el impacto sanitario, económico y poblacional de la pandemia del nuevo coronavirus, las agendas a nivel mundial deben reestructurarse en torno a satisfacer sus necesidades actuales sin comprometer a las generaciones futuras, todo, a través de la sostenibilidad.

De la impresión que tuvo el covid-19 en su primer año, es posible identificar diversas lecciones para transformar el camino y la trascendencia hacia el regreso de una economía vibrante. Se trata de implementar acciones funcionales para la sociedad actual y las que vienen.

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El costo general de esta enfermedad se desconoce, en América Latina para este año se prevé una contracción del producto global del -3% o -4%, mientras para 2022 solo se espera una recuperación en forma de «U». 30 millones de personas están en una situación de vulnerabilidad, CEPAL advierte que podrían caer en la pobreza de no establecer políticas activas.

Bien es cierto mientras el confinamiento y otras medidas restrictivas estuvieron activas, el mundo pudo respirar de actividades humanas que perjudican al desarrollo natural del medio ambiente. Pero, esos meses no deben divorciar a la sociedad del propósito central: crear una agenda sostenible para cada país.

Un informe del PNUD –Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo– trajo a la mesa un tema difícil de escapar para los estados asumir responsabilidad social. La generación actual se preocupa por el medio ambiente, por lo que su país hace para preservar la naturaleza y, lo mejor del caso (o lo peor, dependiendo dónde esté usted parado) es que no se quedan callados ante injusticias o irresponsabilidades. Quieren un mundo sostenible.

Los efectos ambientales del covid-19

Contaminación atmosférica

Es una de las mayores amenazas para la salud humana, también es una de las más evitables; la ONU establece que hasta un 92% del planeta está expuesto a un aire contaminado, suponiendo la muerte prematura de más de 6 millones de personas al año.

La calidad de aire ha sido uno de los efectos positivos visibles tras el nuevo coronavirus, los datos varían en cada ciudad latinoamericana, sin embargo, en su mayoría este factor incrementaba. Pese a que la República Dominicana estuvo impactada por el polvo de Sahara, mantiene un 2.5 de índice de calidad de aire (AQI).

Congestión en el transporte

De Latinoamérica, Bogotá es la ciudad con mayor congestión vial en la región y tercera en la clasificación mundial; tras el riesgo de contagio del covid-19, la congestión presentó un declive de hasta 50%. Las actividades regulares de la población cambiaron, ahora teme ante el transporte compartido.

Deforestación

Aunque se hayan implementado medidas estrictas ante la crisis sanitaria no solo en el sector salud, entretenimiento y otros, nada ha sido capaz de detener la deforestación. Expertos consultados por Open Democracy afirman «la pandemia puede detener, o incluso retroceder los esfuerzos gubernamentales para controlar la deforestación».

Para lograr una agenda sostenible

Reformular el transporte

La incidencia del transporte en la calidad de aire y salud humana es alta, para poder llevar una buena calidad de vida, es necesario mejorar los tres factores. PNUD sugiere que los cambios en este sector estén acompañados de otras medidas de planeación urbana en donde los trayectos entre el hogar, y el trabajo, los servicios sociales, y los espacios de comercio y recreación sean cada vez menores, y mas saludables.

Teletrabajo

Ofrecer trabajo remoto es una tremenda oportunidad para reducir la movilidad constante entre el hogar y lugar de trabajo, también ayudaría con la reformulación del transporte. El teletrabajo bien implementado reduciría las huellas de carbono, eficientizaría la cantidad de labor a realizar y mejoraría la salud de los empleados.

Consumo y prácticas sostenibles

La pandemia afectó las actividades de consumo de la sociedad, como no era posible salir a las tiendas físicas, los patrones cambiaron drásticamente. El confinamiento ha obligado a vivir patrones de consumo de ciertos productos que siendo menos amigables con el ambiente, pueden convertirse en menos necesarios si cambiaran las preferencias de los consumidores.

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