Como si de pólvora se tratara, el cierre del Silicon Valley Bank (SBV) contagió al sistema financiero norteamericano. Fantasmas del pasado asomaron la cabeza, Wall Street, otras entidades financieras y el mismo Gobierno reaccionaron para calmar los ánimos.
El destino del SBV quedó sellado, mientras que el nombre de Greg Becker, CEO de la institución, se suma a la conversación en medio de la cautela de los inversionistas y las miradas escépticas de otros bancos dentro y fuera de Estados Unidos.
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Tras el cierre de la institución por falta de liquidez e insolvencia, el Índice de volatilidad VIX, también conocido como el «Índice del miedo», se disparó un 27 %.
El «Índice del miedo» es un indicador de volatilidad que se calcula utilizando las cotizaciones de precios del índice S&P 500. A un valor alto, mayor preocupación; a un valor bajo, menor preocupación.
La caída del SVB ya es considerada como la mayor quiebra bancaria desde la crisis de 2008 con la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos.
Un golpe de este calibre se precipita por una sucesión de acontecimientos encadenados que conducen al desastre. Pero si se le puede poner un nombre y un apellido al desplome de SVB, es el de Greg Becker.
Apenas un par de semanas antes de que explotara la bomba, según informan diversos medios especializados, Becker vendió acciones de la entidad por un valor de US$3.6 millones. En total, fueron casi 12,500 títulos, colocados el pasado 227 de febrero.
Era la segunda operación similar en menos de un mes. El 31 de enero, Becker vendió acciones del banco por valor de US$1.1 millones para, según el regulador estadounidense, saldar una deuda tributaria.
La web del SVB describe a Becker, de 55 años, como el “campeón de la innovación económica”. Graduado en Negocios por la Universidad de Indiana, el ejecutivo se unió al banco en 1993. Además de su cargo de CEO y presidente, que asumió en 2011, cofundó el brazo inversor de la firma, SVB Capital, presidió el Silicon Valley Leadership Group y fue miembro del consejo asesor del Departamento de Comercio Digital de EE.UU.
El portal de la entidad financiera lo considera el líder de la expansión que convirtió al SVB en uno de los 20 mayores bancos de Estados Unidos. Una estrategia que se ha desvelado excesivamente arriesgada, y que llevaba a la firma a asumir empresas con un interesante horizonte de crecimiento pero con escasas garantías.
“Trabajamos con las empresas más geniales del mundo”, afirmaba el propio Becker hace cuatro años. Los depósitos fueron aumentando rápidamente durante su gestión, hasta que llegó el golpe.
La figura de Becker ha sido especialmente señalada por la decisión de hacer pública la necesidad de captar fondos, anunciando una ampliación de capital. «Fue absolutamente estúpido», señaló un empleado a CNN. “¿Llevas 40 años en el negocio y me dices que no puedes recaudar US$2,000 millones de forma privada? Súbete a un jet y vuela a Kuwait como todo el mundo y dales el control de un tercio del banco».
En pocas semanas, el «campeón de la innovación» se ha convertido en el gran villano del sistema financiero estadounidense.
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Silicon Valley Bank fue intervenido por el Departamento de Protección Financiera de California y la Corporación Federal de Seguro de Depósitos.
De acuerdo con la agencia de noticias EFE, ante el temor por un efecto contagio a bancos regionales, Janet Yellen, secretaria del Tesoro de EE.UU., sostuvo que el sistema bancario «es seguro y está capitalizado».
A las declaraciones de la funcionaria se sumó la voz del presidente Joe Biden, en un intento de tranquilizar a los mercados e inversionistas. El mensaje de Biden, que ocurrió desde la Casa Blanca, coincidió con el de su secretaria del Tesoro: «el sistema bancario es sólido; sus depósitos estarán seguros».
Sin embargo, el efecto dominó impactó en el Signature Bank, First Republic Bank y Western Alliance.
Por otro lado, la posibilidad de aplicar un rescate financiero a la institución quedó descartado por la propia Yellen.
Y en el deslinde de responsabilidades, Yellen subió al banquillo a la política de alza de las tasas de interés aplicadas por la Reserva Federal para controlar la inflación.
Moody’s Investors dictó veredicto: el martes 14 de marzo revisó su perspectiva sobre el sistema bancario estadouinidense de «estable» a «negativa», debido a los temores de un contagio al sistema bancario.
El lunes 13 de marzo, un grupo de accionistas del banco presentaron la primera demanda por fraude contra la entidad financiera y sus principales ejecutivos. La acusación: «tapar los riesgos financieros a los que se enfrentaba el banco», señaló la agencia de noticias EFE.
La demanda colectiva fue presentada ante un tribunal federal de California, donde la firma tiene su sede, y señala a la matriz de SVB; a su consejero delegado, Greg W. Becker; y a su jefe financiero, Daniel Beck.
Borja Santamaría y Gabriel Rico Albarán
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