La economía de América Latina ha enfrentado un prolongado estancamiento en los últimos años. Un informe reciente de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) destaca que entre 2015 y 2024, el crecimiento promedio del PIB de la región ha sido de solo el 0,9%, una cifra alarmante en comparación con la llamada «década perdida» de los años 80, cuando el crecimiento fue del 2,0%.
Este bajo crecimiento representa una «trampa» que dificulta la capacidad de los países para enfrentar desafíos ambientales, sociales y laborales. Según la CEPAL, se espera que el crecimiento promedio de la región en 2024 sea del 1,8%, con una leve mejora proyectada para 2025. Solo algunos países como República Dominicana (gracias al turismo), Chile (sector minero), Perú (recuperación de la pesca) y Honduras (mejor desempeño en construcción y servicios) han mostrado un aumento en su actividad económica en el primer trimestre de 2024.
Accede a las historias más relevantes de negocios, bienestar y tecnología. Entérate de nuestros rankings y eventos exclusivos. Suscríbete y recibe en tu correo el mejor contenido de Mercado.
Te puede interesar: La economía de América Latina duplica las expectativas del BID
El entorno macroeconómico actual se caracteriza por un crecimiento global moderado, con una proyección del 3,2% para 2024, inferior al promedio histórico del 3,8% entre 2000 y 2019. En Estados Unidos, el principal socio comercial de la región, se espera un crecimiento del 2,6%, mientras que China, afectada por problemas en su sector inmobiliario, proyecta un crecimiento del 5,0%. La zona del euro también enfrenta retos, con un crecimiento proyectado del 0,9% para 2024, aunque se espera un repunte en el consumo privado debido a la disminución de la inflación. En cuanto al comercio mundial, se anticipa un aumento del 2,6% en el volumen de comercio de bienes, una recuperación tras la caída del 1,2% en 2023.
América Latina enfrenta serias restricciones fiscales y monetarias, lo que limita su capacidad de estimular el crecimiento. Aunque se prevén recortes en las tasas de interés por parte de los principales bancos centrales, las condiciones financieras seguirán siendo restrictivas en 2024. El déficit de la cuenta corriente se estima que aumentará ligeramente al -1,7% del PIB, en un contexto de crecimiento y comercio mundial todavía frágiles. Además, la deuda pública sigue siendo una preocupación, con un déficit proyectado del 3,2% del PIB en 2024, mayor al promedio de años anteriores.
Te puede interesar: La economía dominicana se destaca en el escenario latinoamericano
La creación de empleo en la región ha sido lenta, con una tasa de crecimiento anual del 0,9% en el primer trimestre de 2024, muy por debajo del 2,8% en el mismo período de 2023. Aunque las brechas de género en el empleo se han reducido, persisten en muchos sectores. El cambio climático también representa una amenaza significativa para la región, debido a su alta dependencia de sectores como la agricultura y el turismo. La CEPAL advierte que, sin políticas de adaptación y mitigación, el cambio climático podría reducir el PIB regional en un 12,5% y destruir 42,7 millones de empleos para 2050.
Te puede interesar: Desarrollo sostenible a través de la economía naranja
Para enfrentar estos desafíos, la CEPAL recomienda políticas de desarrollo productivo y empleo que promuevan la inversión en infraestructura sostenible y tecnologías verdes. Además, las reformas fiscales son cruciales para mejorar la progresividad del sistema tributario y reducir la evasión fiscal.
América Latina y el Caribe se encuentran en una encrucijada económica. Superar la trampa del bajo crecimiento y las restricciones macroeconómicas requiere un enfoque integral que aborde los retos económicos, sociales y ambientales de manera coordinada.
Suscríbete a la revista y regístrate a nuestros newsletters para recibir el mejor contenido en tu buzón de entrada.