Conforme avanza la vacunación contra el covid-19, surgen más dudas y preguntas sobre la necesidad de aplicar una tercera dosis de la vacuna, al igual que las voces de quienes están a favor y en contra.
Farmacéuticas, políticos, especialistas y las organizaciones internacionales de salud, se encuentran en medio de una encrucijada para determinar quiénes deben o no recibir una tercera inoculación y cuándo debe ocurrir.
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Para entrar en contexto, de acuerdo con Our World in Data, 2,310 millones de personas en todo el mundo han sido completamente vacunadas, esto equivale al 29.6% de la población mundial total. En el caso de República Dominicana,5,899,155 de personas han recibido la primera dosis de la vacuna; 4,744,602 la segunda y 770,593 la dosis de refuerzo. A la fecha,11,414,350 de dosis han sido aplicadas y4,744,602 de la oblación está completamente vacuna.
En lo que va del año, al menos nueve países han comenzado con la aplicación de una tercera dosis. Es el caso de Alemania, Chile, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, Israel, República Dominicana, Rusia, Turquía y Uruguay. Mientras tanto, Alemania y Francia mantienen su intención de iniciar pronto.
Los temores por la alta capacidad de contagio de la variante Delta y el surgimiento de otras, es lo que ha movilizado a los países para reforzar las dosis previamente aplicadas entre su población. A esto se suma evidencia de una disminución en los niveles de anticuerpos una vez completada la vacunación de acuerdo con estudios de países como Estados Unidos, Rusia e Israel.
El centro de las diferencias radica en dos posturas: reforzar las vacunas previamente aplicadas o concentrarse en grupos de mayor riesgo. En Israel, por ejemplo, se aplica una tercera dosis de la vacuna Pfizer como requisito para no perder la vigencia del pasaporte de salud.
Hay un componente ético que se suma a la discusión, distribuir el excedente de dosis entre los países cuyas tasas de vacunación son bajas, además de concentrar los esfuerzos de concientización sobre los beneficios de inocularse.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) lanza fuertes críticas a los países ricos y con excedentes de dosis que hacen oídos sordos a la petición de demorar hasta fin de año la aplicación de una tercera dosis.
Una disparidad en la distribución de las vacunas es en parte la principal causa por la que la OMS no cumple todavía el objetivo de que todos los países tengan vacunados al menos a 40% de su población.
Si bien no hay un pronunciamiento abiertamente en contra de una tercera dosis, la Agencia Europea del Medicamento mantiene en suspenso su postura, dejando que los ministerios de salud de los países europeos tomen su propia decisión al tiempo que el Centro Europeo de Control y Prevención de Enfermedades dice que la prioridad es que todos tengan acceso a la vacuna para protegerse contra el virus.
La Unión Africana, por medio de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades en África, está de acuerdo en que haya una moratoria para la aplicación de una tercera dosis, en línea con la postura fijada por la OMS, y concentrarse en vacunar a la mayor cantidad posible de personas. (G.Rico.A)
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