En algún punto de nuestras carreras el crecimiento en solitario deja de ser una opción, ya sea para establecer una conexión directa de contratación o para conectar con personas de un mismo sector. Es precisamente ese el momento en que surge la necesidad de conectar con personas nuevas, pero ¿cómo hacer un email que conecte cuando nunca has hablado con esa personas y las barreras de la formalidad están elevadas?
Construir y alimentar las redes profesionales es fundamental para encontrar mejores oportunidades, un avance más rápido y un mayor estatus, entre otros beneficios. Cuando quieras establecer estas conexiones relevantes solo necesitas hacer lo siguiente:
Accede a las historias más relevantes de negocios, bienestar y tecnología. Entérate de nuestros rankings y eventos exclusivos. Suscríbete y recibe en tu correo el mejor contenido de Mercado.
Nadie quiere ser visto como la persona que busca a otros sólo cuando los necesita. Esta preocupación encierra en sí misma una limitante para establecer un contacto y una forma de mejorarlo es cambiando la forma de ver al otro.
Adopta una perspectiva de responsabilidad compartida considerando el acercamiento como un acontecimiento positivo. Y una buena razón para hacerlo puede ser el combustible que necesitas para crear un email que conecte.
Ponerle nombre al elefante rosa de la habitación es fundamental cuando quieres despertar el interés. Si la relación era algo informal como con compañeros de la universidad o amigos, puedes colocar en el asunto del correo algo creativo como: «Un saludo del pasado». Mientras que si deseas contactar a un antiguo jefe, puedes decir algo como: «Reconexión».
Los expertos aseguran que una vez existe un reconocimiento del autor del email, la tasa de respuesta es de un 90 %, utilizando una de estas líneas de asunto. Puedes incluir al inicio del correo un reconocimiento de que llevan tiempo sin conversar y actualizar brevemente lo que has hecho profesionalmente.
Hacer peticiones desesperadas o exigentes no solo dan lugar a que tu solicitud sea ignorada o negada, sino que da espacio a que se creen una mala imagen sobre ti. Es importante que el tono de tu mensaje sea tan seguro que a la otra persona le surja una respuesta positiva.
Puedes ofrecerte a facilitarle las cosas diciendo algo como: «Por favor, hazme saber cómo puedo facilitarte el cumplimiento de esta petición». Es posible que te pidan redactar un email que conecte y que pueda ser fácilmente reenviado o que aporte información adicional.
Al reconocer que la otra persona puede estar ocupada para atender tu petición, le das la apertura para salvar la relación en caso de que no te puedan ayudar. Para lograr esto, puedes decir algo como: «Estoy segura de que estás muy ocupado, así que si no es un buen momento para ti, me dejas saber».
Cuando te enfocas en tus propias necesidades corres el riesgo de que la petición se convierta en una mera transacción. Para considerar el contacto mucho más amplio y recíproco puedes incluir palabras como: «Por favor, hágame saber cómo puedo serle útil, ahora o en el futuro».
Deja la puerta abierta a un acercamiento. Mejor aún, ofrece tu contacto y disponibilidad para todo lo que pueda serle útil.
Aunque tengas su correo electrónico, nunca está de más dejarle saber a la persona en una nota breve que aprecia su respuesta y que se alegra de volver a estar en contacto. En este sentido, puede ayudar incluir algún gesto o detalle para la persona a la que solicitas el favor.
Puedes enviar un regalo, una botella de vino, unas flores… incluso antes de conocer el resultado final del contacto con la persona.
Ahora que has reconectado, mantén el contacto. Inclúyela en tu lista de regalos navideños, conéctate a través de LinkedIn o invítala a tomar un café cuando estés en su barrio o ciudad.
Por: KR / HBR.