Luchar contra el cambio climático es una labor de todos. Individuos, empresas de todos los sectores y, por supuesto, instituciones públicas, están llamados a adoptar prácticas para impulsar la sostenibilidad desde todos los ámbitos. En lo relativo a gobiernos nacionales y locales, el urbanismo y la construcción son dos de las herramientas clave para ser más verdes: en París son conscientes de ello.
El urbanismo será uno de los ejes de «Mercado Construction Summit 2023 – La solidez de un sector en constante crecimiento», organizada por Mercado Events y que reunirá el próximo 14 de junio a voces autorizadas, nacionales e internacionales, de toda la industria de la construcción (Hotel Continental Real, Santo Domingo).
En lo relativo a iniciativas urbanísticas internacionales enfocadas a luchar contra la crisis ambiental, París aprobó su Plan Local de Urbanismo (PLU), definido como un plan «bioclimático», que tiene tres ámbitos principales de actuación: el impulso de zonas verdes y espacios para la movilidad sostenible, y la renovación de materiales de construcción.
La iniciativa recibió luz verde coincidiendo con el Día Mundial del Medio Ambiente.
Como recoge la agencia de noticias EFE, el PLU renueva el plan de urbanismo puesto en marcha en 2006 y apunta objetivos de cara a 2035. La ampliación de espacios verdes en la urbe gala es uno de los principales retos.
Así, París aspira a aumentar sus zonas verdes actuales en 300 hectáreas (3 millones de metros cuadrados). Para poner en perspectiva la ambición del objetivo, desde 2006 la ciudad ha aumentado en 80 hectáreas este tipo de espacios, 30 durante el primer mandato de la actual alcaldesa Anne Hidalgo, entre 2014 y 2020.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) fija como meta los 10 metros cuadrados de zonas verdes por habitante. Si se dejan al margen los bosques de Boulogne y Vincennes, al oeste y norte de la ciudad, el ratio de París apenas alcanza las 5.8 metros cuadrados por vecino.
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Por tanto, el camino por recorrer es importante. Estas son dos claves para aumentar los espacios de estas características:
El PLU incluye dos medidas importantes en cuanto a la habilitación de condiciones para la movilidad sostenible. Por un lado, confirma que la peatonalización progresiva de las orillas del río Sena iniciada en 2012 es «irreversible».
Además, se aumentarán los espacios para bicicletas y se duplicarán los lugares para aparcarlas y guardarlas. De esta forma, se tratará de seguir reduciendo el tráfico de automóviles, que ha caído a la mitad en las últimas dos décadas.
La construcción es otro de los campos clave dentro del PLU. En este sentido, el ayuntamiento apuesta por despermeabilizar el 40 % del espacio público, cambiando revestimientos de hormigón por otros de alquitrán o tierra.
«París es una ciudad particularmente vulnerable a las consecuencias del cambio climático porque la intensidad de los usos y su carácter mineral (con mucho cemento o alquitrán en los suelos) la hacen sensible a los fenómenos de las islas de calor urbano«, detalla el plan.
También se demolerán edificios para construir otros con criterios de sostenibilidad.
«La rehabilitación se convierte en la nueva norma para disminuir el impacto medioambiental», señala la iniciativa, que habilita la posibilidad de aumentar las alturas de edificios siempre que sean para acoger viviendas y se deshormigonicen los patios.
Por su parte, todos los proyectos inmobiliarios que superen los 1,000 metros cuadrados estarán obligados a producir energías renovables. Un plan ambicioso para convertir París en un referente urbanístico contra el cambio climático.
Borja Santamaría, con información de EFE
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