La última edición del informe Perspectivas de Empleo de la OCDE 2023, hace hincapié en el impacto de la inteligencia artificial en el mercado laboral y advierte el inicio de «una revolución tecnológica que podría cambiar fundamentalmente el lugar de trabajo». Esto traería consigo riesgos y beneficios para los empleos, situación que debe mover a los países a tomar cartas en el asunto.
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La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), organismo internacional compuesto por 38 estados que buscan promover políticas públicas en materia económica y social, incluyó en su último informe sobre el empleo un análisis sobre la irrupción de la inteligencia artificial en el empleo.
Si bien existe inquietud sobre el vertiginoso avance de la inteligencia artificial, la OCDE considera que su despliegue no debe detenerse debido a sus ventajas, pero se debe garantizar su uso responsable y confiable.
Previo a la llegada de ChatGPT y otro tipo de herramientas, la OCDE realizó una encuesta en 2022 a más de 2,000 directores de empresas y 5,300 empleados del sector financiero y de manufactura en siete países miembros del Organismo, para tomar el pulso de la sensibilidad sobre estas nuevas tecnologías.
La encuesta pone de contexto que «por el momento la IA no suprime los empleos, sino que los transforma y modifica las competencias que requieren».
Esto también tiene un «efecto positivo» sobre la calidad de los empleos; el 63 % de los trabajadores consultados señalaron que la inteligencia artificial les ha permitido realizarse más.
Lo anterior puede obedecer a que, al delegar algunas tareas peligrosas a la inteligencia artificial, los trabajadores pueden concentrarse en tareas más complejas e interesantes.
Algunas de las inquietudes que recoge la OCDE es que los empleados cuyas tareas están dirigidas por una IA son menos optimistas sobre su incidencia que los que trabajan con ella.
Por otro lado, el uso de esta tecnología suscita cuestiones éticas sobre el uso de datos privados, transparencia y rendición de cuentas, posibles sesgos de discriminación, la automatización en la toma de decisiones y la descarga de responsabilidad.
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Previo a la publicación de la encuesta, la OCDE estimaba que cerca de un 27 % de los empleos en los países que conforman la organización presentan un riesgo de automatización.
Así, la OCDE recomienda que se debe dar tanto a trabajadores como empresarios, los instrumentos para aprovechar de la mejor forma las herramientas de la IA, principalmente con la capacitación y diálogo social.
Si bien ya hay ciertos países de la OCDE como Irlanda, Alemania, España o Finlandia que han incorporado en sus programas educativos y en al formación continua los usos de estas herramientas, se debe insistir en este rubro.
Otra recomendación es que los Estados, organizaciones internacionales y as autoridades competentes definan marcos de utilización de la inteligencia artificial en el entorno laboral.
A propósito, hay expertos que alertan que el ritmo de la respuesta política no está a la altura de la evolución de la IA generativa, y de que esa respuesta no es suficientemente específica ni aplicable.
Gabriel Rico Albarrán, con información de la OCDE y EFE
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