República Dominicana es un estudiante aplicado en las licenciaturas de estabilidad, crecimiento y deuda. La agencia calificadora Moody’s hizo públicas sus evaluaciones del mes de abril de 2022, y los resultados de la economía dominicana en los exámenes son muy positivos. El horizonte es prometedor.
Moody’s fijó la calificación soberana en el nivel Ba3, con perspectiva estable. La agencia internacional espera que «los riesgos de la balanza de pagos y liquidez del Gobierno se mantengan controlados».
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Además, estableció la previsión de crecimiento del país en un 5%. En este sentido, Moody’s destacó que el crecimiento real del 12.3 % en el 2021 estuvo “significativamente por encima de los pares regionales y de calificación de riesgo”.
Las buenas noticias del análisis de Moody’s no terminan ahí. La calificadora apunta a que la deuda dominicana seguirá perdiendo peso respecto al PIB. En concreto, la sitúa en un 49% del producto interior bruto para el final de 2022, después de que en 2021 bajase de un 58% a un 51%. Este ratio de finales del año pasado mejora la media de los países pares con calificación Ba. Moody’s confía en que el déficit fiscal se mantendrá por debajo de los niveles de estabilización de deuda en los próximos años.
La calificadora valoró muy positivamente la flexibilidad en el acceso a financiamiento mostrada por RD, que no fue interrumpido durante la pandemia. Además, resaltó que ese acceso favorable se mantiene en comparación con sus pares regionales, a pesar de la inestabilidad provocada por la guerra entre Rusia y Ucrania.
Moody’s destacó el turismo como una de las piezas clave en la recuperación del país. Sin embargo, señaló que la dependencia de este sector que tiene la economía dominicana es menor que la de otros países de la región.
«El Consejo Mundial de Viajes y Turismo estima que la contribución total del sector a la producción es del 16 % del PIB, por debajo del 25 % de la contribución promedio del PIB que tiene para sus pares del Caribe», explica la calificadora. Un hecho que impidió una contracción económica más marcada en el 2020, cuando el turismo se desplomó, al tiempo que sirvió de soporte para una rápida recuperación en el 2021.
Las buenas notas obtenidas por República Dominicana contrastan con los malos pronósticos que tienen otros alumnos del aula latinoamericana. Es el caso de El Salvador. Moody’s rebajó redujo la nota de el país al nivel ‘Caa3’. O lo que es lo mismo, considera que está al borde del impago.
En junio, su presidente Nayib Bukele decidió adoptar el bitcoin como moneda oficial, una medida que entró en vigor en septiembre. El desplome de la criptomoneda en los últimos meses complica enormemente el futuro de la economía salvadoreña, que en enero debe afrontar un pago de US$800 millones en Eurobonos.
El Salvador, Argentina y, en menor medida, Perú, no reciben buenas noticias de Moody’s
La calificadora apunta a «la falta de un plan de financiación creíble, un factor que agudiza los riesgos crediticios derivados del acceso restringido a los mercados» y «los angustiosos rendimientos de la deuda externa de El Salvador».
Las noticias tampoco son halagüeñas para la economía argentina. A la disparada tasa de inflación, que el Fondo Monetario Internacional estima en un 51.7% internual para el final de 2022, se unen los malos indicios expresados por Moody’s respecto a sus compañías. La calificadora cree que las empresas argentinas son las que se enfrentan a un mayor riesgo de falta de liquidez en toda la región.«El país se enfrenta a un difícil calendario de amortización de la deuda con vencimientos de bonos en 2023 y 2025, en un contexto de continuas tensiones y necesidades de financiación persistentemente elevadas», apuntan desde Moody’s.
«En Argentina, las empresas se enfrentan a mayores riesgos de refinanciación debido al rápido deterioro de las condiciones empresariales, el acceso restringido a los mercados internacionales de capitales, y el endurecimiento de los controles de capital», explica Moody’s «Todo ello ha dificultado la refinanciación de la deuda en moneda extranjera».
La situación en Perú también es preocupante, aunque Moody’s fija el riesgo de sus empresas en un nivel medio. El motivo son las persistentes tensiones políticas, que no dejan despegar el crecimiento potencial derivado del aumento de precios de las materias primas.
(RM)
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