El legado de Milan Kundera, fallecido este miércoles a los 94 años, está repleto de historia, musicalidad, memoria, exilio, ironía y humor. Nacido en Brno, actual República Checa (entonces Checoslovaquia), la vida y la obra de Kundera estuvieron intensamente marcados por varios factores, muy reconocibles en las páginas de sus valiosas obras:
Checoslovaquia: Kundera tuvo una relación extremadamente tensa con su país natal y su gobierno, hasta el punto de que algunas de sus obras están escritas en francés. La sátira política, crítica con el régimen comunista imperante en Checoslovaquia hasta los 90, se convirtió pronto en parte de su esencia literaria.
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Kundera fue uno los líderes culturales de la oposición en la Primavera de Praga, proceso aperturista de 1968. Terminó sancionado con la expulsión del Partido Comunista y la prohibición de publicar sus obras.
Francia: En 1975 se exilió a Francia, y obtuvo la nacionalidad francesa 6 años más tarde (le habían retirado la checoslovaca en 1979). Allí se reencontró con la libertad y con una vida tranquila, íntima, alejada de los focos. Según recoge la agencia de noticias EFE, no concedía entrevistas desde 1985, salvo respuestas a cuestionarios escritos.
En Francia ejerció la docencia como profesor universitario y comenzó a colaborar con su agente, Andrew Wylie, que lo llevaría a la cima. Murió en París.
Música: Como recoge la agencia de noticias EFE, Kundera se crió en el seno de una familia intelectual, culta. Ludvík, su padre, era pianista, lo que hizo a Milan sentirla de forma intensa e incorporarla a sus obras.
El amplio y valioso legado de Milan Kundera está compuesto por novelas, ensayos, poemas, obras de teatro o relatos breves. Si hubiese que escoger sus 5 obras más influyentes, podrían ser éstas:
Publicada en 1984, es posiblemente su obra más conocida. La novela trata sobre la fragilidad de la vida y de los propios individuos, y pivota sobre el concepto del eterno retorno de Nietzsche (plantea, a grandes rasgos, que el mundo se repite, extinguiéndose para volver a crearse).
El amor, las dudas existenciales y la inevitabilidad de la muerte definen el camino de sus cuatro personajes principales, en una obra que ha marcado a varias generaciones y consolidó la influencia de Kundera en todo el mundo. Una novela que combina profundidad con un ritmo rápido y que alberga temáticas psicológicas, políticas y artísticas, además de filosóficas.
Un estudiante manda una carta en tono de broma a una amiga. Es el detonante de una novela en la que su protagonista, un joven afiliado al partido comunista llamado Ludvík Jahn, se introduce en una espiral de sucesos que le conducen a dudar, a replantearse sus valores, ideas y hasta su propia existencia.
Un suceso que empuja a su aparente víctima a comenzar una nueva vida.
A lo largo de su primera novela, publicada en 1967, Kundera introduce elementos de crítica política, marcando los pasos de lo que sería su futura obra y su vida.
Se trata de un conjunto de relatos desarrollados en Praga. Kundera combina humor y sabiduría para reflexionar sobre el amor y su controvertida relación con la amistad.
Según reconoció el autor, lo escribió durante la etapa más feliz de su vida, probablemente entre inicios de los 60 y la Primavera de Praga (se publicó en 1968). Por ello, en su opinión, es su obra más alegre y distendida.
Un libro inquietante sobre la memoria y cómo influye en nuestra existencia. Dos personas se encuentran por casualidad mientras regresan al país del que emigraron veinte años antes. Ambos inician una historia de amor en la que van descubriendo que sus recuerdos son totalmente distintos.
«Vivimos sumidos en un inmenso olvido y no queremos saberlo», apunta la sinopsis del libro, en el que Kundera trata por primera vez temas como las migraciones y el exilio. El libro fue publicado en 2000, 25 años después de que el autor se exiliase de Checoslovaquia.
Publicada en 1972, entrelaza las historias de ocho personajes que coinciden en un viejo balneario checo. En apariencia suave, ligera e incluso frívola, la novela tiene un fondo gélido en el que Kundera reflexiona sobre si realmente el ser humano es merecedor de vivir, o si el planeta debería deshacerse de él.
Son cinco ejemplos de las obras que componen un legado brillante.
Borja Santamaría
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