Las remesas mundiales repuntarán con la recuperación de la economía

La recuperación económica tras el impacto de la pandemia del Covid-19 será determinante para que aumentar el impulso de envío de remesas.

De acuerdo con el Banco Asiático de Desarrollo (ADB por sus siglas en inglés), las remesas mundiales tendrán un crecimiento de 34 mil millones de dólares (mdd) al finalizar el 2021 y un avance de 31 mil mdd para 2022.

El crecimiento estimado de las remesas del 4.8 por ciento a nivel mundial este año refleja una comparación con la base baja del año pasado, así como el deseo de los trabajadores migrantes de enviar dinero a casa para compensar las remesas perdidas en 2020.

En proporción, el dinero repatriado por los trabajadores migrantes se ralentizará hasta el 4.2 por ciento en 2022, a medida que los efectos de base se desvanezcan.

Se espera que las remesas se recuperen en la medida que suban la cantidad de empleos.

Según el ADB, la contracción económica en el momento álgido de la pandemia provocó recortes de empleo y reducción de la jornada laboral en muchos países de destino para los trabajadores extranjeros, lo que dio lugar a oleadas “sin precedentes” de migrantes que regresaron.

Por ejemplo, la entidad contabilizó cerca de 400 mil filipinos y 4 millones de ciudadanos la India, que en su gran mayoría regresaron de trabajos en Oriente Medio y Estados Unidos durante 2020 en el momento más crítico de la pandemia.

¿Qué podemos esperar en 2022?

Las remesas mundiales se redujeron un 2.3 por ciento el año pasado, según las estimaciones de los economistas del ADB.

El organismo dijo que la simulación supone una recuperación “pesimista” de Covid-19 en Asia-Pacífico, con un resurgimiento que se espera continúe en 2022, aunque los casos pueden ser un 50 por ciento menos que en 2021.

Incluso con las mejores perspectivas para este año y el próximo, el prestamista multilateral con sede en Manila advirtió de los retos a los que se enfrentan los migrantes, como los cambios en los protocolos de inmigración y salud.

Estos podrían limitar las opciones de migración, lo que a su vez podría fomentar el contrabando y el tráfico de personas, dijo el banco.

Para el ADB, los gobiernos deberían mejorar la colaboración para establecer procedimientos flexibles para la movilidad laboral transfronteriza, así como garantizar un mayor acceso a la protección social y a los servicios sanitarios.

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