¡Luz verde! La mayor compra en la historia de la industria de los videojuegos, que lleva encerrada en un laberinto desde hace medio año, parece acercarse a una salida. La compra de Activision Blizzard por parte de Microsoft ha recibido el aval de una jueza de Estados Unidos, lo que aclara el camino. Un paso importante, aunque no definitivo.
Jacqueline Scott Corley fue la encargada de paralizar el acuerdo el mes pasado a petición de la Comisión Federal de Comercio (FTC). Ahora, y una vez escuchadas a las parte, la misma jueza da su visto bueno a la operación.
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Según recoge la agencia de noticias EFE, la jueza argumentó su decisión en un documento de 53 páginas. En él, señalaba que la FTC no había sido capaz de demostrar de forma clara y convincente que la compra de Activision Blizzard por parte de Microsoft va a socavar la competencia en el sector y a perjudicar, de esa forma, a los consumidores.
De hecho, Scott Corley considera que las pruebas aportadas por el lado de Microsoft y Activision Blizzard demuestran que los usuarios se beneficiarán de esta compra. Según medio estadounidenses, el plazo límite expira el 18 de julio.
Microsoft se mostró satisfecho con la decisión. En una breve comunicación firmada por su presidente, Brad Smith, muestra su «esperanza de que otras jurisdicciones sigan trabajando para llegar a una resolución a tiempo». Apela directamente al Reino Unido, que también se mostró contrario a la compra.
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En la misma línea se mostró el consejero delegado de Activision Blizzard, Bobby Kotic. «Nuestra fusión beneficiará a los consumidores y los trabajadores. Permitirá la competencia en lugar de dejar que los líderes arraigados en el mercado sigan dominando nuestra industria de rápido crecimiento», señaló.
La que se convertiría en la mayor operación jamás vista en la industria de los videojuegos lleva desde inicios de año esperando ser aceptada. En febrero, Microsoft anunciaba la compra de Activision Blizzard por US$75 mil millones.
De esta forma, la big tech fortalecía su posición en el campo de los videojuegos, adquiriendo una de las cuatro compañías más valoradas del sector. Cabe señalar que la posición de Microsoft en este mundo es más modesta que en otros ámbitos.
Por contra, Activision Blizzard, valorada en US$78.7 mil millones (dato de Companies Market Cap, a 12 de julio de 2023), es el creador de grandes franquicias como Call of Duty, Warcraft o Candy Crush. La adquisición permitiría a Microsoft aumentar exponencialmente su negocio de juegos en la nube y dispositivos móviles, su gran objetivo detrás del movimiento.
La operación ha recibido una gran acogida de los inversores (las acciones de Activison Blizzard han crecido un 20.3 % desde febrero y un 10 % desde el fallo de la jueza de EE.UU.), pero ha encendido la reticencias de algunas instituciones.
La compra situaría a Microsoft como el tercero en el negocio de los videojuegos y, en opinión de quienes la ven con preocupación, daría herramientas a la big tech para torpedear a las dos primeras, Sony y Tencent. Si Microsoft pasa a controlar grande sagas de videojuegos, también podría impedir que los usuarios de sus grandes rivales accedan a ellas.
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Un ejemplo: si la big tech es la dueña de Call of Duty, podría impedir que los usuarios de PlayStation (Sony) jugasen al juego vía streaming en la nube. Es decir, la compra podría dañar al consumidor final, afectando a la competencia.
Una posibilidad que alarma a la FTC y también a los reguladores de Reino Unido. La Autoridad de Competencia y Mercados (CMA) británica rechazó la operación el 26 de abril. Microsoft recurrió, y la situación sigue en el aire.
La Unión Europea, en cambio, fue de las primeras en ofrecer buenas noticias a la parte interesada en la compra. La UE dio su visto bueno, aunque exigiendo algunas condiciones a Microsoft. Fundamentalmente dos:
La histórica operación ha logrado un avance importante. La solución definitiva podría llegar en los próximos días.
Borja Santamaría, con información de EFE
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