Guerra comercial indirecta: China apuesta por Lula y Latinoamérica - Revista Mercado

Guerra comercial indirecta: China apuesta por Lula y Latinoamérica

Por | mayo 13, 2025

En un contexto internacional marcado por incertidumbres y desafíos, la visita del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, a China, representa un paso significativo en la consolidación de una relación bilateral estratégica que promete redefinir el equilibrio de poder en esta parte del mundo. Ante este panorama, este encuentro subraya la importancia de los lazos entre ambos países y su determinación conjunta para liderar una mayor cooperación entre las naciones emergentes.

La presencia de Lula, además, coincide con la IV Reunión Ministerial China-CELAC, un evento clave para el fortalecimiento de los vínculos entre China y la región. Este foro también contará con la participación de líderes de Colombia y Chile, subrayando el creciente interés de Pekín en consolidar su influencia en Latinoamérica.

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Relaciones históricas y perspectivas comerciales

La relación entre China y Brasil ha evolucionado de manera significativa en las últimas décadas. Desde 2009, China se ha consolidado como el principal socio comercial de Brasil, con un intercambio que alcanzó un récord de 157,500 millones de dólares en 2023. Este comercio genera un superávit favorable para Brasil, lo que refuerza la importancia de China como mercado clave para sus exportaciones, especialmente de productos agrícolas.

El crecimiento del comercio bilateral ha estado acompañado de una cooperación en casi todos los sectores, sustentada en un acuerdo de asociación estratégica vigente desde 2012.

En esta visita, se busca expandir dicha alianza hacia áreas como el internet satelital, un campo que promete abrir nuevas oportunidades tecnológicas y económicas.

Además, el enfoque en infraestructura se mantiene como una prioridad. Lula y Xi Jinping explorarán proyectos destinados a mejorar la logística de exportación, incluyendo la construcción de un ferrocarril transoceánico que conecte la costa atlántica de Brasil con el Pacífico

Inversiones y diversificación económica

Durante su visita, Lula ha impulsado una agenda orientada a atraer inversiones chinas hacia sectores estratégicos de la economía brasileña.

Empresas chinas han anunciado planes para invertir 4.700 millones de dólares en proyectos que van desde la fabricación de semiconductores hasta la expansión de la industria automotriz electrificada.

China ya lidera el mercado de vehículos electrificados en Brasil, con marcas como BYD y Great Wall Motor contribuyendo a un aumento del 90 % en las ventas de este segmento en 2024. Lo que resalta, aún más, el potencial de colaboración en tecnologías limpias, un área donde ambos países comparten intereses estratégicos.

Además, se está trabajando para diversificar la lista de productos exportados a China, incluyendo sorgo, etanol y subproductos del maíz. Iniciativas que buscan incrementar el volumen de comercio y fortalecer la competitividad de Brasil en mercados asiáticos.

Geopolítica y proyección internacional

La relación entre Brasil y China también tiene implicaciones geopolíticas significativas. Mientras Estados Unidos busca reafirmar su influencia en América Latina, China ha aprovechado las oportunidades para expandir su presencia en la región. Así, este acercamiento no está exento de tensiones, especialmente en un contexto de rivalidad comercial entre Pekín y Washington.

Lula ha mantenido una posición diplomática al rechazar elegir entre sus dos principales socios comerciales. Sin embargo, la creciente colaboración con China envía una señal clara sobre las prioridades estratégicas de su gobierno.

Este enfoque refleja una visión pragmática orientada a maximizar los beneficios económicos sin comprometer la soberanía nacional.

Una alianza que puede redefinir las reglas

El fortalecimiento de la relación entre China y Brasil representa un modelo de colaboración entre países en desarrollo que busca redefinir las reglas del juego en el sistema internacional.

Con una agenda que abarca comercio, tecnología, infraestructura y energías limpias, ambos países están sentando las bases para una asociación que podría influir significativamente en la configuración del orden global en las próximas décadas.

A medida que esta relación evoluciona, es evidente que tanto Brasil como China están comprometidos con una visión compartida de progreso y estabilidad.

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