El miércoles 30 de julio de 2025, un violento sismo de magnitud 8.8 sacudió la península de Kamchatka, en el extremo oriental de Rusia, desatando alertas de tsunami y evacuaciones masivas en el Pacífico. Este evento, aunque no dejó víctimas fatales, se suma a la lista de los terremotos más potentes registrados desde el siglo XX, recordándonos una vez más la fuerza implacable de la naturaleza.
A lo largo de la historia, los grandes movimientos telúricos han reconfigurado geografías, borrado ciudades y cobrado millones de vidas. Su impacto no solo se mide en pérdidas humanas y materiales, sino también en cómo han moldeado la prevención y respuesta ante desastres.
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A continuación, presentamos los diez terremotos más intensos del último tiempo, según la escala de magnitud de momento (Mw), considerada la más precisa para medir la energía liberada.
El 22 de mayo de 1960, el sur de Chile fue arrasado por un terremoto de 9.5 Mw, el más fuerte jamás registrado. Duró entre 10 y 14 minutos, devastando más de 1.350 km de territorio. El saldo fue trágico: entre 1,655 y 2,000 muertos y más de dos millones de damnificados.
El tsunami posterior generó olas de hasta 15 metros que cruzaron el océano, impactando Hawái, Japón, Filipinas y la costa oeste de Estados Unidos. Incluso desencadenó la erupción del volcán Puyehue, demostrando cómo un solo evento puede alterar múltiples aspectos del planeta.
Conocido como el «Terremoto del Viernes Santo», el megasismo de 9.2 Mw del 27 de marzo de 1964 duró cuatro minutos y transformó el paisaje de Alaska. Anchorage quedó en ruinas, mientras que el tsunami posterior generó olas de hasta 67 metros en Valdez. Murieron 131 personas y los daños superaron los 311 millones de dólares.
El fenómeno también afectó Hawái, Japón y la costa oeste estadounidense, dejando lecciones clave en ingeniería antisísmica.
El 26 de diciembre de 2004, un terremoto submarino de 9.1 Mw desencadenó el tsunami más mortífero del siglo XXI. Olas de hasta 30 metros arrasaron las costas de 14 países, desde Indonesia hasta África, cobrando la vida de más de 227.000 personas.
La falta de sistemas de alerta temprana exacerbó la catástrofe, impulsando después la creación de mecanismos globales de prevención.
El 11 de marzo de 2011, Japón enfrentó una triple tragedia: un terremoto de 9.1 Mw, un tsunami con olas de 10 metros y el colapso de la central nuclear de Fukushima. Más de 18,000 personas murieron, y los daños superaron los 235 mil millones de dólares, convirtiéndolo en el desastre natural más costoso de la historia.
La crisis nuclear revivió el debate sobre la seguridad energética y la preparación ante catástrofes.
El sismo de 8.8 Mw del 29 de julio de 2025 activó alertas en todo el Pacífico, desde Japón hasta América Latina. El gobernador de Kamchatka anunció que los efectos del terremoto serán evaluados en los próximos siete días, una vez que los equipos de emergencia completen las inspecciones en la zona afectada. Mientras tanto, varios países han comenzado a reducir sus medidas de precaución tras descartarse riesgos mayores.
Aunque no hubo víctimas, su magnitud lo sitúa entre los diez más potentes desde 1900, evidenciando la constante actividad geológica de la región.
El terremoto de 8.8 Mw del 27 de febrero de 2010 en el centro-sur de Chile dejó más de 500 muertos y desplazó ciudades enteras hasta tres metros. Además, alteró levemente la rotación terrestre, acortando el día en 1.26 microsegundos.
El tsunami asociado afectó gran parte de la costa chilena y varias islas del Pacífico.
Con una magnitud de 8.7 Mw, este sismo del 3 de febrero de 1965 generó un tsunami de más de 10 metros en la isla Shemya. La baja densidad poblacional evitó una tragedia mayor, pero demostró el potencial destructivo de los terremotos en zonas alejadas.
Único en su tipo, el terremoto del 15 de agosto de 1950 (8.6–8.7 Mw) fue causado por el choque de placas continentales, no por subducción. Murieron cerca de 4,800 personas entre India y China, y su estudio ayudó a entender mejor los sismos intraplaca.
El 1 de abril de 1946, un sismo de 8.6 Mw generó un tsunami que mató a 173 personas, principalmente en Hawái. Las olas de 42 metros en Unimak Island impulsaron la creación del sistema de alerta de tsunamis del Pacífico.
Aunque no está en el top 10 por fecha, el terremoto de 9.0 Mw del 4 de noviembre de 1952 en Kamchatka causó un tsunami que dejó más de 2,300 muertos en las islas Kuriles y Sajalín, marcando un precedente en la sismología moderna.
La escala Mw mide la energía liberada, donde cada punto de aumento equivale a 32 veces más fuerza. Los terremotos más destructivos suelen ocurrir en zonas de subducción, donde las placas tectónicas chocan y acumulan tensión durante siglos.
Estos eventos son una muestra del poder de la Tierra y también un llamado a la preparación. La historia enseña que, aunque no podemos evitar los terremotos, sí podemos reducir su impacto con tecnología, educación y memoria histórica.
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