China anunció una decisión de trascendencia para todo el planeta: dejará de participar en la construcción de plantas generadoras de energía eléctrica en base al carbón en el extranjero, dentro de sus planes para combatir la emergencia climática.
“Tenemos que acelerar la transición a una economía verde y baja en emisiones de carbono”, insistió el presidente de China, Xi Jinping, que es uno de los principales apoyos de la construcción de grandes infraestructuras en otros países, sobre todo a través de su iniciativa conocida como la “Nueva Ruta de la Seda”.
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El Banco de China, controlado por el Estado, es el mayor financiador de proyectos de carbón en el mundo. Más del 70 % de todas las plantas de carbón del planeta, construidas actualmente, dependen de fondos chinos, según datos del Instituto Internacional de Financiación Verde, con sede en Pekín.
Ya es más barato construir plantas renovables de energía solar y eólica, que mantener el funcionamiento el 40% de las plantas de carbón del mundo.
Por otra parte, la Organización de Naciones Unidas (ONU) y decenas de países han hecho un llamado a abandonar cuanto antes el uso del carbón en la producción de electricidad con el objetivo de frenar el cambio climático.
“Si tomamos medidas inmediatas para acabar con el combustible fósil más sucio, más contaminante y cada vez más costoso en nuestros sectores eléctricos, entonces tendremos una posibilidad de éxito”, señaló el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres.
República Dominicana es signatario del Acuerdo de París, y en su Contribución Prevista y Determinada (INDC) se establece la intención de reducir en un 25 % sus emisiones de gases de efecto invernadero hacia 2030. En ese sentido, los próximos diez años son fundamentales para producir transformaciones profundas que permitan limitar el aumento de temperatura a menos de 1.5°C.
Fruto de las inversiones, realizadas principalmente por el sector privado, República Dominicana posee una de las matrices de generación eléctrica más variadas en comparación con las de otras naciones de Centroamérica y el Caribe, de acuerdo con el “Informe enero-junio 2019”, de la Asociación Dominicana de la Industria Eléctrica (ADIE).
El informe indica que en sólo cuatro años (2015-2019) se redujo de manera progresiva el protagonismo de los combustibles fósiles, dando entrada a otras fuentes y quedando una matriz de generación de la siguiente manera: 72 % derivados del petróleo; 4 % gas natural; 15 %, carbón y 12 % hidroeléctricas.
Sin embargo, la presión de la ONU sobre los países para que dejen de depender del carbón y el anuncio de China de suprimir el financiamiento de las centrales eléctricas de carbón en el exterior ha provocado incertidumbre en los mercados internacionales causando el aumento del valor de este material que se ha disparado debido a la demanda, lo que ha afectado a la Termoeléctrica Punta Catalina.
Esta planta es la central a carbón más grande de República Dominicana y su principal proveedor de electricidad, representando el 30 % de la capacidad generadora del país.
Sin embargo, la falta de carbón mineral, debido al retraso de la empresa suplidora en la entrega de ese combustible, ha generado pérdidas millonarias a esa planta. La carencia en el suministro del combustible ha dejado a la central operando con sus reservas de carbón, perjudicando al estado en 15 millones de dólares por la venta de energía entre el 1 y el 15 de septiembre pasado (un millón de dólares al día), debido a la situación que afecta a la generadora. Pues, el almacenamiento de carbón de Punta Catalina tiene una capacidad de aproximadamente 200,000 toneladas de carbón, de las cuales se consumen 160,000 toneladas al mes, por lo que el depósito cubre 37 días de operación.
En ese sentido, el Ministerio de Energía y Minas, Antonio Almonte, estableció dos procesos de compra de carbón mineral: uno de urgencia, para adquirir 420,000 toneladas métricas y otro regular para suplir cerca de 900,000 toneladas.
Tras este panorama, el monto para el subsidio eléctrico que el Gobierno dominicano tenía previsto para 2021 será superior al estimado, debido al alza internacional en los precios de los combustibles de generación (carbón y gas natural).
Para este año las autoridades del sector eléctrico proyectan pagar entre 895 y 900 millones de dólares, una cifra que sobrepasa los 747 millones de dólares que se calcularon para este 2021.
Bélgica, Austria y Suecia ya son países libres de carbón, mientras que Portugal, Francia, Reino Unido, España, Hungría, Italia e Irlanda esperan eliminarlo en 2025.
Por su parte, la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) realizó un proceso de excepción de urgencia para adquirir suficiente carbón mineral como para operar hasta mediados de enero de 2022. Pues, La central eléctrica estatal opera al 50 % de su capacidad.
De ese modo, y dentro de los diferentes escenarios y sus costos para resolver el déficit eléctrico del país y planificar la expansión de la oferta eléctrica hasta el 2030, la utilización de energías de fuentes renovables, especialmente la solar y la eólica, sería el mejor escenario para República Dominicana, tanto por sus bajos costos, por el ahorro en la factura petrolera, por la mayor cantidad de empleos generados y por la drástica reducción de las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera.
Según un estudio realizado por el Worldwatch Institute de Washington, D.C, con la colaboración del Ministerio de Recursos Naturales de Alemania, titulado “Aprovechamiento de los Recursos de Energía Sostenible en República Dominicana.
Hoja de Ruta para un Sistema de Energía Sostenible”, señala que en un escenario en que República Dominicana genere el 85 % de la electricidad a partir de fuentes renovables, disminuiría el costo promedio de la electricidad en un 40 % para el 2030, en comparación con el año 2010 se crearían 10,500 nuevos puestos de trabajo, se reduciría la emisión de CO2 del sector eléctrico de 21 millones de toneladas de dióxido de carbono que emite el país cada año a solo 3 millones de toneladas. Por lo tanto, el país ahorraría 25 mil millones de dólares para el 2030.
Termoeléctrica Punta Catalina es la central a carbón más grande de República Dominicana.
El Worldwatch Institute asegura que “una vez que estas estimaciones se suman al análisis de los costos normalizados de la energía (CNGE) tradicionales, la energía a carbón se vuelve la tecnología más cara para el país. Una vez que los costos de la contaminación local y del cambio climático son contabilizados, la generación de 1 kWh de energía eólica es menor que una séptima parte del costo de generación de las plantas de carbón y alrededor de una sexta parte de las plantas de ciclo combinado con generadores diésel y a petróleo. La energía solar fotovoltaica es sustancialmente menos costosa que toda la energía convencional aparte del gas natural.
Todo parece indicar que en los próximos años se cerrarán definitivamente todas las centrales térmicas de carbón operativas en gran parte del mundo, incluida República Dominicana. El reto es pensar cómo reconvertir estas industrias.
Global Energy Monitor, un grupo de investigación de EE. UU., revela que el fin del carbón como fuente energética está cerca. Ya es más barato construir plantas renovables de energía solar y eólica, que mantener el funcionamiento el 40% de las plantas de carbón del mundo. Pues se considera que este combustible fósil, el más contaminante del mundo, ha alcanzado un punto de inflexión financiero.
En definitiva, las investigaciones argumentan que este mineral es poco competitivo en la mayor parte de mercados del mundo. Pues, resulta más caro producir con un tercio de los recursos energéticos de carbón que invertir en nuevas tecnologías renovables, incluidas las baterías.
Un gran número de países ya han cerrado sus plantas de carbón. Bélgica, Austria y Suecia ya son países libres de carbón, mientras que Portugal, Francia, Reino Unido, España, Hungría, Italia e Irlanda esperan eliminarlo en 2025.
Latinoamérica no se queda atrás. En Chile, fue aprobada en la comisión de Medio Ambiente de la Cámara Baja el proyecto de ley para prohibir al 2025 la instalación y funcionamiento en todo el país de centrales eléctricas alimentadas con carbón. (RM)
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