La carrera hacia la presidencia de Estados Unidos es un proceso arduo que requiere estrategias bien planificadas y una gran cantidad de recursos financieros.
A lo largo de las campañas presidenciales, los anuncios publicitarios, los mítines masivos y las visitas a los estados clave, donde se concentran los votantes indecisos, se han convertido en herramientas esenciales. Sin embargo, una de las partes más costosas y determinantes de estas campañas es la que involucra el respaldo de los llamados «megadonantes»: personas millonarias que contribuyen significativamente a la financiación de los candidatos, buscando influir en el resultado de las elecciones.
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En cada ciclo electoral, es común ver a figuras de alto perfil, como Elon Musk, hacer contribuciones públicas sustanciales. Musk, en particular, ha destacado por su oferta de premios millonarios diarios para los votantes en los estados claves. Sin embargo, no todos los multimillonarios optan por la visibilidad de sus aportes.
Algunos, como Bill Gates, eligen usar entidades de «dinero oscuro», organizaciones que, por su naturaleza, no están obligadas a revelar los nombres de sus donantes, para respaldar a sus candidatos preferidos. Este tipo de financiación permite que las grandes fortunas contribuyan de manera discreta, evitando la exposición pública y la posible controversia.
La recaudación de fondos es una carrera en sí misma dentro de la contienda electoral, donde cada candidato busca aventajar a su contrincante para poder financiar sus actividades de campaña. A pesar de haber iniciado más tarde, la campaña de la vicepresidenta Kamala Harris ha logrado un considerable éxito en este ámbito, posicionando a los demócratas con una ventaja significativa en términos de recaudación.
Hasta el 16 de octubre, el comité de campaña de Harris había reunido cerca de 997.2 millones de dólares, en comparación con los 388 millones obtenidos por su contrincante, Donald Trump, según datos de la Comisión Federal Electoral.
Sin embargo, cuando se analizan las donaciones externas, Trump ha conseguido superar a Harris con una cifra total de 613.7 millones de dólares, mientras que Harris ha recaudado 474 millones. Esta diferencia en “dinero exterior” evidencia el apoyo sustancial de ciertos donantes que optan por canalizar sus fondos a través de otros medios que no son directamente las campañas, como grupos de acción política (PACs) y otras organizaciones.
El respaldo financiero detrás de la campaña de Trump proviene, en gran medida, de millonarios que figuran en la lista de personas más ricas de Estados Unidos. Entre ellos se destaca Timothy Mellon, quien ha donado públicamente 172 millones de dólares a la campaña republicana, convirtiéndose en el mayor donante de la campaña de Trump. Mellon, heredero de una fortuna bancaria, es descendiente de Andrew Mellon, exsecretario del Tesoro de Estados Unidos y magnate de la banca.
Otra figura importante es Miriam Adelson, empresaria del sector de casinos con una fortuna de aproximadamente 35 mil millones de dólares. Adelson ha sido la segunda mayor donante pública en apoyo a Trump, con una contribución total de 134.8 millones de dólares. Además, ha utilizado su influencia para alentar a otros multimillonarios a que respalden a Trump, generando millones adicionales a través del súper PAC Preserve America.
A pesar de su generosa aportación, Adelson no ha alcanzado las expectativas de Trump, quien habría expresado a sus colaboradores que esperaba una contribución de hasta 250 millones de dólares por parte de ella.
Por otro lado, Elon Musk, actual propietario de la red social X (anteriormente conocida como Twitter) y la persona más rica del mundo, también ha sido un protagonista en esta campaña. Aunque Musk ha mostrado su apoyo a Trump públicamente en su red social, sus donaciones suman 76.3 millones de dólares, ubicándolo como el sexto donante público en esta contienda.
En el lado demócrata, el multimillonario y exalcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, se posiciona como uno de los principales donantes individuales de Harris. Bloomberg ha contribuido con 43.7 millones de dólares a la campaña de la vicepresidenta. Además, ha realizado otra donación de 50 millones de dólares tras consultar con Bill Gates, quien, a su vez, ha realizado aportes de manera discreta a través de organizaciones de «dinero oscuro», que no están obligadas a revelar a sus donantes.
La contribución de Gates fue canalizada hacia la sección sin fines de lucro de Future Forward, una organización clasificada como 501(c)(4) y por tanto exenta de publicar los nombres de sus donantes. Esto significa que, aunque Gates ha brindado un considerable apoyo financiero, su nombre no aparece en ningún registro público en relación con esta donación.
George y Alex Soros, conocidos por su constante participación en la política estadounidense, también han ofrecido un respaldo notable a la campaña de Harris. El Fondo para la Reforma Política, una organización 501(c)(4) en gran parte financiada por los Soros, ha destinado 60 millones de dólares al súper PAC Project Democracy, que apoya la candidatura de Harris.
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