El Día Mundial del Agua coincide hoy con el noveno Foro Mundial del Agua, que se celebra esta semana en Dakar y congrega a gobiernos, instituciones internacionales, ONG, académicos, empresas y ciudadanos para tratar cuestiones relevantes sobre este recurso esencial.
Estos son 10 datos sobre el agua que, al abrir el grifo, harán que se mire de otra manera ese líquido indispensable:
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La Tierra es conocida como el «Planeta Azul» debido a su color si se mira desde el espacio a causa de la gran extensión de los mares y océanos. Una realidad por la que parece que no deberíamos preocuparnos en relación con este líquido.
No obstante, del agua existente el 97.5% es salada y del 2.5% dulce restante, el hielo supone un 70 por ciento.
De modo que, sólo disponemos del 0.77 por ciento de los recursos hídricos del planeta.
La región de Asia y el Pacífico es la que concentra el mayor porcentaje del agua dulce, el 36 por ciento mundial.
La paradoja es que alberga al 60 por ciento de la población mundial, por lo que la disponibilidad de agua per cápita es la más baja del mundo.
Además, en esa región se encuentran siete países de los quince mayores extractores de aguas subterráneas, extracciones que son insostenibles y sobrepasan la mitad de la disponibilidad total de agua, según advierte la ONU.
Del consumo de agua dulce en el mundo, el sector agrícola supone en torno 70 por ciento.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) calcula que, si las tendencias no cambian, el mundo necesitará en 2050 un 60 por ciento más de alimentos y, para ello, la producción de alimentos basada en el regadío debería aumentar más del 50 por ciento.
El problema, subraya, es que la cantidad de agua necesaria para dicho crecimiento no está disponible.
¿Y a qué tendencias se refiere la FAO? Una de ellas es el crecimiento poblacional.
Según las Naciones Unidas, el uso global de agua se ha multiplicado por seis en los últimos 100 años y sigue aumentando a un ritmo constante de un 1 por ciento anual debido al crecimiento demográfico, al desarrollo económico y al cambio en los patrones de consumo.
Por tanto, gastar más puede suponer un problema si no se gestiona bien y a tiempo.
La falta de agua dulce y la crisis del agua se considera una de las cinco principales amenazas a largo plazo para el planeta, según la clasificación de riesgo global del Foro Económico Mundial.
Según las tendencias actuales, en 2030 la demanda de agua superará la oferta en un 40 por ciento y ocasionará la migración forzada de hasta 700 millones.
Ya hoy día, más del 50 por ciento de las personas en el planeta viven en una área que sufre escasez de agua al menos un mes al año.
Al final del período de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (2000–2015), el 91 por ciento de la población mundial utilizaba fuentes de agua potable y el 68 por ciento contaba con instalaciones de saneamiento mejoradas, según la ONU.
No obstante, se estima que cada año unas 829 mil personas mueren de diarrea por haber bebido agua potable no segura o por falta de saneamiento o higiene en las manos, siendo los más afectados los menores de cinco años.
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Entre 2001 y 2018, alrededor del 74 por ciento de los desastres naturales del mundo estuvieron relacionados con el agua.
En ese periodo, 166 mil personas murieron por inundaciones y sequías, que afectaron a 3 mil millones de personas y costaron US$700 mil millones, según la base de datos de catástrofes (EM-DAT).
Las regiones más afectadas fueron Asia y África, tanto en número de muertes, como personas afectadas y pérdidas económicas.
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La ONU estima que el 80 por ciento de todas las aguas residuales industriales y municipales a nivel global se vierten al medioambiente sin ningún tipo de tratamiento previo.
La situación es más grave en los países menos desarrollados, que carecen de instalaciones de saneamiento y de tratamiento de estas aguas, pero en todos sitios produce efectos nocivos, tanto para la salud humana como para los ecosistemas.
Es el caso de las especies de agua dulce que, según el informe Planeta Vivo del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), desde 1970 se han reducido un 84 por ciento.
A pesar de representar tan solo un 1 por ciento de la superficie terrestre, los ecosistemas de agua dulce son uno de los más vivos al albergar a casi una de cada 10 especies del planeta.
En el siglo XX, los peces de agua dulce tuvieron la tasa de extinción más alta a nivel mundial entre los vertebrados.
Las aguas subterráneas suponen el 99 por ciento del agua dulce en estado líquido del planeta y, según la ONU, constituyen ya la mitad del volumen de agua extraída para uso doméstico por la población mundial y alrededor del 25 por ciento de toda el agua extraída para el riego, con la que se riega el 38 por ciento de todas las tierras de regadío mundiales
Por Agencia EFE
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