La capital argentina, Buenos Aires, se convierte desde este lunes en el epicentro de la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
A la cita acuden los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil), Miguel Díaz-Canel (Cuba), Gabriel Boric (Chile), Luis Abinader (República Dominicana), Gustavo Petro (Colombia), Mario Abdo Benítez (Paraguay), Luis Arce (Bolivia), Xiomara Castro (Honduras), Ralph Gonsalves (San Vicente y las Granadinas) y el anfitrión, Alberto Fernández.
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Los grandes ausentes: Nicolás Maduro (Venezuela), Andrés Manuel López Obrador (México), Daniel Ortega (Honduras), Guillermo Lasso (Ecuador), Dina Boularte (Perú) y Nayib Bukele (El Salvador). Sin embargo, cada país envío a un representante a la cumbre.
China será uno de los invitados sorpresa de la cumbre con un video pregrabado del presidente Xi Jinping.
En calidad de testigos de excepción acuden Chris Dodd, asesor para las Américas del presidente Joe Biden y Charles Michel, presidente del Consejo Europeo.
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La región llega a Argentina con un nuevo tablero político, mientras que en lo económico, la coyuntura internacional, la pandemia y la inflación continúan golpeando la línea de flotación latinoamericana.
Por un lado, Brasil vuelve al escenario internacional de la mano de Lula, luego de que Jair Bolsonaro abandonara la Comunidad en 2020. A pesar de esto, Lula arriba a Argentina tras haber lidiado con el asalto de simpatizantes bolsonaristas a las tres sedes del poder en Brasilia.
Argentina atraviesa una turbulencia económica que, combinada con la crisis política derivada de la acusación de corrupción contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, el Gobierno de Alberto Fernández ha estado contra las cuerdas durante los últimos meses.
A pesar de que Nicolás Maduro elogió la reincorporación de Brasil y calificó la cumbre por ttener «(…) nuevos y buenos vientos de integración [y] de unión (…)» el presidente canceló de último minuto su participación por temor a un ataque contra él y la delegación venezolana.
Contra todo pronóstico, Miguel Díaz-Canel también hace acto de presencia en Argentina para participar en la cumbre, la cual ha calificado de «indispensable». El presidente cubano señaló que la CELAC es un «mecanismo de integración que tenemos el deber y la oportunidad de revitalizar».
En lo económico, de acuerdo con el Banco Mundial, las estimaciones de 2022 indican que la región creció un 3,6 %. Se espera que el crecimiento se desacelere hasta el 1,3 % en 2023, para recuperarse al 2,4 % en 2024. En el Caribe, se espera una expansión más firme del 5,6 %, pero esto será reflejo en parte de una recuperación largamente demorada tras la recesión provocada por la pandemia.
Ralph Gonsalves, primer ministro de San Vicente y las Granadinas, ha levantado la mano para que sea su país el que ocupe la presidencia pro tempore de la CELAC. Entre las prioridades que presenta Gonsalves destaca la definición del organismo con la Unión Europea para los próximos años.
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Con el compromiso de avanzar hacia la integración de la región como mantra, la CELAC, que agrupa a los 33 países de América Latina y el Caribe, la idea de crear una moneda común toma fuerza, principalmente entre Brasil y Argentina.
Y será en este escenario donde Lula y Fernández explorarán la posibilidad de tener una moneda sudamericana común para usarse tanto en los flujos financieros como comerciales, con el objetivo de reducir costos operativos y la vulnerabilidad externa.
De acuerdo con la agencia de noticias EFE, el ministro de Economía argentino, Sergio Massa, dijo al Financial Times que «Habrá… una decisión de comenzar a estudiar los parámetros necesarios para una moneda común, que incluye desde cuestiones fiscales hasta el tamaño de la economía y el papel de los bancos centrales».
«Creo que todo lo que es nuevo ha de ser probado, porque no podemos, en medio del siglo XXI, seguir haciendo lo mismo que hacíamos en el siglo XX», dijo Lula luego de una reunión con Alberto Fernández en la Casa Rosada.
Brasil es el principal socio comercial de Argentina, la cual cerró con un déficit de US$2.250 millones la relación comercial con el país vecino en 2022, aunque menor al promedio de US$3.500 millones registrado entre 2004 y 2018, de acuerdo con la consultora Abeceb.
Si bien no es la primera vez que se discute el tema de una moneda común, la idea es alentadora para Argentina, que registra una inflación de del 94,8 % a diciembre de 2022, mientras que en Brasil, la inflación se ubica en 5,9 %.
Gabriel Rico Albarrán
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