Se trata de la primera vez que de manera presencial el presidente Luis Abinader se pronuncia ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Al tomar el turno 12, en la LXXVI Asamblea de la ONU, el jefe de Estado dejó claro que los líderes allí presente, tienen la responsabilidad histórica de dejar un mundo mejor al que encontramos y esto a su juicio, solo es posible si toman en serio la transición global hacia un nuevo modelo productivo ecológico, sostenible, incluyente y equitativo, acorde con los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030.
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El mandatario destacó en su discurso, que aunque hemos empezado a salir de la pandemia, no será suficiente para superar la crisis económica y financiera, ya que en aras de mantener la paz social se debe encontrar una solución al enorme endeudamiento al que se han visto forzados los países de ingresos medios para enfrentar los estragos económicos y sociales generados por la pandemia.
Y es que a juicio de este no existe en la actualidad un mecanismo de acceso a financiamiento concesionario que permita solventar la crisis de liquidez, por lo que alerta sobre la necesidad de buscar soluciones novedosas y urgentes.
En ese sentido, hizo referencia a la necesidad de que los Estados miembros del Fondo Monetario Internacional (FMI) accedan a las facilidades que ofrece este organismo para fortalecer la liquidez mundial, pues a veces, los recursos son captados por los países desarrollados siendo los que menos necesitan.
Para resolver esta injusta situación, propone que los países industrializados dediquen dichos recursos a la creación de un mecanismo que permita canalizar las cuotas que recibieron hacia los países de ingresos medios y bajos, brindándoles acceso a fondos concesionarios. En dicho mecanismo, los organismos financieros multilaterales tendrían un rol de primer orden y, de esta manera, asegurarían que esos recursos lleguen a los países que realmente los necesitan. Asegura que esta iniciativa tendría un impacto muy positivo en los mercados financieros internacionales, pues daría mayor sostenibilidad a la deuda y fortalecería la confianza en nuestras economías, mejorando a su vez, el costo del financiamiento.
El Presidente ha resaltado en su discurso el orgullo que siente al realizar el diálogo nacional que se lleva a cabo con líderes de los diferentes sectores del país, con lo cual persigue democratizar las decisiones en República Dominicana.
En lo que respecta a la economía, Abinader resaltó que aún en medio de las dificultades generadas por la pandemia, el país está optimista pues se proyecta que terminará el 2021 con un crecimiento económico de un 10% y mantendrá una tasa de crecimiento de más de un 5% para los años siguientes.
Abinader ha planteado ante la ONU la necesidad de realizar tres acciones urgentes como son respuesta a la crisis de Haití, facilidades crediticias a los países en dificultades por endeudamiento durante la pandemia y más inversión para restaurar los recursos naturales afectados por el calentamiento global.
Durante su intervención ha alertado a la comunidad internacional que asuma con urgencia y de una vez por todas la crisis de Haití, tras advertir que no hay ni habrá jamás una solución dominicana a esa problemática.
El mandatario hizo la advertencia sobre la posibilidad de que la situación de Haití pueda desbordar las fronteras de ese país incidiendo como un factor de inseguridad en la región.
Otra propuesta del presidente Abinader es que las instituciones financieras multilaterales y bilaterales otorguen facilidades crediticias a través de mecanismos transparentes y accesibles, concertados y no discriminatorios, que contribuyan a que los países en dificultades recuperen con prontitud la sostenibilidad financiera.
Igualmente, que permita el acceso a los mercados financieros internacionales, con tasas preferenciales que no sean afectados por el índice de riesgo país.
A juicio del mandatario, la actual crisis financiera y mayor endeudamiento provocado por la pandemia no solo puede ser dejada a ser resuelta incrementando los impuestos en nuestros respectivos países con sus consecuentes presiones sociales y posibles alteraciones de la paz.
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