¿Qué tanto podemos entrenar las papilas gustativas para nuestro bienestar?

Por | junio 30, 2023

Has probado algún plato o postre que te recuerde aquel rico dulce que hacía tu abuelita, o has escuchado cuando una persona prueba algo y dice: me recuerda a mi niñez, cuando mi mamá me hacía ese postre. A pesar de que parezca irrelevante, esto tiene mucha relación con la manera en la que nos alimentamos desde la infancia.

La preferencia innata a ciertos alimentos y bebidas sobre otros, radica en cómo la lengua y el cerebro se conectan en el transcurso de nuestra historia evolutiva.

Las papilas gustativas son diminutos órganos sensoriales presentes en la zona de la lengua que se encargan de detectar los sabores, así lo describe PsicoActiva.

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Ahora bien, la capacidad de detectar el sabor dulce y otros sabores como lo salado, agrio, ácido o amargo, implica en nuestra la composición genética, desde que estamos en el útero hasta que llegamos a comer directamente del plato.

Los expertos determinan que los seres humanos tenemos la capacidad de codificar y detectar el sabor del azúcar en nuestras papilas gustativas, gracias a la secuencia de genes que codifican los detectores moleculares del ADN.

El sabor dulce se percibe cuando las células de las papilas gustativas detectan compuestos como fructosa, maltitol y sacarosa. El sabor salado es detectado por las papilas de células receptivas y sensibles al sodio, así como otros compuestos salinos.

El portal The conversation, en su artículo sobre el tema, reseña que los detectores de ADN se encuentran en las células sensoriales de las papilas gustativas de la lengua y que los sabores detectados, se transmiten a través de los nervios específicos que van desde la boca hasta el cerebro.

Por tanto, neurocientíficos de la Universidad de Michigan están profundizando la interacción que existe entre los genes y los alimentos, para dar forma al gusto, además de la sensación de dulzura entorpecida por el exceso de azúcar.

Sabores y la sana alimentación

El sabor de la sal y el azúcar son cualidades gustativas con presencia de nutrientes y energías esenciales para el cuerpo, que envían una sensación de placer a nuestro cerebro. Según el mencionado sitio web, el sabor es fundamental en la alimentación y la sana nutrición para la prevención de enfermedades.

En ese mismo orden, el sentido del gusto puede detectar aquellos sabores que pueden ser dañinos para nuestro organismo y que afectan nuestra salud, esto detectando sustancias dañinas cuando probamos algo que ya está vencido o dañado, manifestando las toxinas que nos hacen sentir dolor y malestar.

Así como podemos detectar los sabores que nos gustan o que nos pueden hacer daño, también solemos aborrecer aquellos sabores que ayudan a alimentarnos como el brócoli, las zanahorias, el tomate y otros tipos de vegetales, los cuales suelen tener un sabor fuerte y peculiar denominado umami.

En cambio, los chocolates, las pizzas, las papas fritas y los refrescos son los sabores que más agradan nuestro paladar. Sin embargo, estos no son los más saludables, el exceso de sal y azúcar en las papilas puede terminar dilatándose y limitándose a solo estos tipos de sabores.

La recomendación sería entonces, que para probar nuevos sabores y mantener una dieta saludable debemos estimular nuestras papilas gustativas, ampliando el sentido del gusto sin limitarlo a lo dulce o salado únicamente.

Si acostumbramos a nuestras papilas a degustar estos sabores, también podríamos verlo como un sabor distinto a la sal y el azúcar, pero igual de agradable, razón por la que expertos recomiendan la ingesta, preferiblemente desde la infancia.