La tensión no cesa entre la Unión Europea y Rusia. Todo lo contrario. Durante las últimas horas se han tomado medidas duras desde ambos lados. Los 27 han decidido restringir los visados a los ciudadanos rusos, lo que dificultará su entrada en los países de la UE. Rusia, por su parte, ha suspendido el suministro de gas por la vía del gasoducto Nord Stream hasta el sábado por «labores de mantenimiento». Dos decisiones que, aunque no están relacionados entre sí, suponen golpes cruzados.
Los ministros de Exteriores de la Unión Europea pactaron suspender por completo el acuerdo de facilitación de visados con Rusia como represalia por la guerra de Ucrania. El acuerdo estaba parcialmente suspendido desde el inicio de la guerra, pero ahora los ciudadanos rusos se enfrentarán a mayores restricciones para poder entrar en la UE.
Según el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, desde julio ha habido un «incremento sustancial» de ciudadanos rusos que han viajado a la UE «para el ocio y las compras, como si no hubiera guerra en Ucrania». Así, los ministros llegaron a la conclusión de que la situación «no puede continuar igual».
La suspensión del acuerdo no supone prohibir la entrada a la UE a los ciudadanos rusos, pero si les obliga a presentar más documentos para obtener el visado y un encarecimiento de su precio, que aumentará de los 35 euros actuales a 80. El proceso para obtener el permiso de entrada «será más difícil, será más largo y consecuentemente, el número de nuevos visados se reducirá substancialmente», aseguró Borrell.
La emisión de visados sigue siendo una competencia de cada Estado. Así, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia y la República Checa pueden mantener su veto total.
We have seen a substantial increase of border crossings from Russia into neighbouring states. This is becoming a security risk.
We therefore agree today with EU Foreign Ministers on Full Suspension of the EU-Russia visa facilitation agreement. pic.twitter.com/zdowgdOa8F
— Josep Borrell Fontelles (@JosepBorrellF) August 31, 2022
Por su parte, el consorcio estatal ruso Gazprom mantendrá cerrado hasta el sábado el gasoducto Nord Stream, que suministra a Alemania y otros países de la UE. Mientras en el viejo continente tratan de llenar sus reservas ante las previsiones de uno de los inviernos más duros de su historia, la compañía cierra el grifo por «labores de mantenimiento rutinarias».
El Kremlin responsabiliza a Europa de los cortes de gas. Según el portavoz de la Presidencia, Dmitri Peskov, Rusia quiere pero no puede cumplir sus contratos de suministros «debido a las restricciones y sanciones impuestas por la Unión Europea, el Reino Unido y otros países», señaló. «Los europeos han llevado esta situación a un punto crítico».
Gazprom ha iniciado «trabajos preventivos programados en la unidad compresora de gas» de Portovaya, al noroeste de San Petersburgo. Además, el Kremlin apunta a problemas de ámbito legal, por ejemplo con el motor que Canadá devolvió a Alemania y que no ha regresado a Rusia porque Moscú exige certificar que la unidad no se encuentra bajo sanciones. Esto impide que las turbinas funcionen.
Además, Gazprom también informó que cortará este jueves el suministro de gas a la francesa Engie por el «impago íntegro de las entregas de julio». Por su parte, la italiana Eni informó que recibirá solo 20 millones de metros cúbicos de gas ruso, 7 millones menos de lo recibido en los últimos días.
We are harnessing the power of wind to break free of Russian fossil fuels.
And to become the first climate-neutral continent.
Watch the press conference by President @vonderleyen at the Baltic Sea Energy Security Summit.https://t.co/3QB2RYhaZ3
— European Commission (@EU_Commission) August 30, 2022
Por Redacción Revista Mercado con información de EFE
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