Ser visible en el trabajo significa garantizar que tus contribuciones, habilidades y logros sean reconocidos y apreciados por otros dentro de la organización.
Si eres introvertido, probablemente nunca hayas aprendido a abordar este tipo de autodefensa. Pero dejar pasar las oportunidades de hacerte visible puede significar perderse elogios bien merecidos que aumentan tu confianza, además de dejar autoridad e incluso dinero sobre la mesa.
Por suerte, existen algunas estrategias que puedes probar si prefieres un enfoque más silencioso de la visibilidad:
Las reuniones son una oportunidad de oro para estar frente a los responsables de la toma de decisiones en tiempo real. Cuando hablas, demuestras tu comprensión del negocio, tu capacidad de pensar críticamente y tu disposición para liderar.
Si alguna vez te has contenido en una reunión, esperando el “momento adecuado” para intervenir, sabes lo rápido que puede pasar ese momento.
Cuanto más esperes, más difícil será intervenir. Además, a medida que avance la reunión, tu ansiedad aumentará, lo que hará que el obstáculo para hablar parezca aún mayor.
Puedes eludir este ciclo desafiándote a ti mismo a ser la segunda o tercera persona en contribuir en una reunión. Esto te empuja a superar la barrera inicial de participación, que muchas veces es la parte más difícil.
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Además, hace que tu voz y tus perspectivas se conozcan desde el principio, cuando todo el mundo sigue prestando atención. Una vez que hayas roto el hielo, probablemente te sentirás más cómodo y dispuesto a contribuir aún más.
A diferencia de las conversaciones en tiempo real que exigen respuestas inmediatas, la comunicación asincrónica permite un intercambio más reflexivo y deliberado, lo cual es perfecto para los introvertidos. Esto te brinda la oportunidad de organizar tus pensamientos y articular tus ideas sin la presión de responder en el acto.
Considera la posibilidad de elaborar un boletín mensual o trimestral que se distribuya a tus superiores o a toda tu organización. Esto tiene el beneficio principal de mantener informadas a las partes interesadas y, al mismo tiempo, brindarte una plataforma para brillar.
Puedes resaltar los logros de tu equipo, compartir conocimientos y proponer ideas de una manera bien pensada. También puedes destacar dando vueltas hacia atrás.
Por ejemplo, después de una reunión de equipo, podrías enviar un correo electrónico a tu jefe diciendo: «Después de reflexionar sobre nuestra conversación, creo que XYZ podría ser un siguiente paso eficaz que debemos considerar». Esto demuestra que eres alguien que se toma en serio el trabajo.
Los introvertidos a menudo se encuentran atrapados en un tira y afloja entre la humildad y la necesidad de visibilidad. Por un lado, quieren ser modestos, pero por otro, reconocen la importancia de reivindicar sus éxitos.
Expresar gratitud es una solución elegante ante este dilema. Al enmarcar tus logros en el contexto de la humildad y el aprecio, puedes mantenerte fiel a ti mismo y, al mismo tiempo, asegurarte de que lo logrado no pasa desapercibido.
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De Harvard Business Review, por Melody Wilding
(Melody Wilding es coach de ejecutivos y autora del best-seller «Trust Yourself»)
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