La garantía de seguridad que Boeing destacaba de su modelo 737 MAX culminó en una multa por parte de la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos (SEC por sus siglas en inglés) de US$200 millones. La acusación apunta a la multinacional y a su ex consejero delegado de la firma Dennis A. Muilenburg, por haber engañado a los inversionistas.
Dos accidentes fueron la antesala de la multa: en 2018, el vuelo 610 de Lion Air sufrió un accidente debido a una falla en el sistema automático de estabilización; en 2019, el vuelo 302 de Ethiopian Airlines se estrelló pocos minutos después de haber despegado del Aeropuerto Internacional de Bole, en Etiopía, debido a fallas en el sistema automático de estabilización.
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La SEC acusa a Boeing y a Muilenburg por brindar declaraciones falsas tras los accidentes que cobraron la vida de 346 personas en total. Tras el primer accidente, la empresa y su consejero delegado tenían conocimiento de una función de control de vuelo que suponía un riesgo para la seguridad de los aviones, pero sin embargo aseguraron al público que el avión era «el más seguro que jamás voló».
Además, Muilenburg aceptó pagar un millón de dólares adicionales de su bolsillo por el mismo motivo.
Después del segundo accidente, Boeing y Muilenburg garantizaron al público que no había problemas con el proceso de certificación de esta misma función, pese a que disponían información que apuntaba en el sentido contrario.
Así, la SEC sostiene que la empresa y su consejero delegado engañaron a los inversores al garantizar que el 737 MAX era seguro pese a tener constancia de sus problemas.
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Gabriel Rico Albarrán, con información de EFE
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