La empresa cosmética Avon, reconocida a nivel global, se enfrenta a un momento crítico en su historia. La compañía ha sido objeto de varias demandas que alegan que sus productos a base de talco contienen sustancias cancerígenas, lo que ha llevado a condenas millonarias y, finalmente, a la declaración de quiebra en Estados Unidos.
Esta situación ha generado una gran preocupación entre los inversores y los consumidores, y ha llevado a la empresa a buscar protección bajo el Capítulo 11 de la ley de quiebras de Estados Unidos.
En 2022, Avon fue condenada a pagar más de US $50 millones de dólares a una mujer diagnosticada con cáncer, quien alegó que desarrolló la enfermedad después de usar productos cosméticos con talco contaminado con amianto. Además, la empresa fue ordenada a pagar más de US$24 millones a un conserje de una planta de fabricación de Avon diagnosticado con mesotelioma.
Estas condenas han generado una gran inquietud entre los inversores y los consumidores, y han llevado a la empresa a buscar protección bajo el Capítulo 11 de la ley de quiebras de Estados Unidos.
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Este proceso es uno de los apartados más comunes a los que se adscriben las empresas o individuos cuando no están en condiciones para pagar a sus acreedores pero buscan reorganizarse y continuar con sus operaciones.
Avon solicitó el amparo del Capítulo 11 ante el Tribunal de Quiebras del Distrito de Delaware, lo que le permite seguir operando mientras elabora un plan para pagar sus deudas.
La empresa ha aclarado que sus operaciones fuera de Estados Unidos no forman parte de los procedimientos del Capítulo 11 y continúan avanzando en sus iniciativas estratégicas.
La compañía brasileña Natura & Co, que adquirió Avon en 2020, ha firmado un acuerdo para comprar las participaciones de capital en las operaciones de Avon fuera de Estados Unidos por US $125 millones, y se ha comprometido a financiar a Avon con US $43 millones como deudor en posesión, proporcionando suficiente liquidez para cumplir con las obligaciones durante el proceso.
A pesar de la crisis actual, Kristof Neirynck, director ejecutivo de Avon, ha expresado su compromiso con la estrategia comercial internacional de la empresa, que incluye modernizar el modelo de venta directa y reactivar la marca para acelerar el crecimiento.
Neirynck se ha mostrado optimista sobre la fortaleza y las oportunidades de la empresa cosmética, y ha asegurado que la declaración de quiebra no afectará las operaciones fuera de Estados Unidos. Sin embargo, el futuro de Avon es incierto y la empresa enfrenta desafíos significativos, pero también oportunidades para reinventarse.
Avon ha negado las acusaciones de que sus productos que contienen talco causen cáncer. La empresa ha asegurado que sus productos son seguros y que no hay evidencia científica que respalde las acusaciones.
La crisis actual tendrá un impacto duradero en la industria cosmética y en la confianza de los consumidores.
La declaración de quiebra de Avon ha generado una gran inquietud en la industria cosmética, y se espera que tenga un efecto en la forma en que las empresas cosméticas abordan la seguridad de sus productos y la transparencia en la información que proporcionan a los consumidores.
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