Vientos de cambio en la casa del lujo italiano. El Grupo Prada emprende una transición al futuro, y Andrea Guerra es el primer piloto. El empresario se convertirá en CEO del grupo el próximo 26 de enero. Se trata de una estación intermedia hasta la llegada al poder del heredero natural, Lorenzo Bertelli. Un proceso escalonado y diseñado con precisión por la familia Bertelli-Prada, en el que Guerra facilitará la reestructuración de todo el grupo. Un perfil experto y fiable sobre el que encajar el resto de piezas.
Nacido en Milán hace 57 años, Guerra ha desarrollado prácticamente toda su carrera profesional en Italia, casi siempre en compañías relacionadas con el lujo. Licenciado en Administración de Negocios por la Universidad de Roma «La Sapienza», su trayectoria arrancó en el grupo Marriot. Allí estuvo 5 años y alcanzó el cargo de director de marketing. La firma de electrodomésticos Merloni fue su segunda parada. Su etapa duró más de una década y cumplió roles en el área comercial, de manufactura y servicios centrales. Terminó como CEO del grupo. Cuatro años después de asumir el mando, en 2004, fichó como CEO por Luxottica Group. Se convirtió en el primer externo a la familia Del Vecchio, fundadora de la empresa, en ocupar el cargo. El éxito fue rotundo.
En la década con Guerra al volante, la compañía italiana líder en gafas triplicó su valor y también sus ventas, que superaron los US$7 mil millones en su último año. Entre sus movimientos más destacados estuvo la compra de la marca de lentes de sol Oakley por US$2.1 mil millones, y del grupo óptico brasileño Tecnol por US$116 millones. Pese al crecimiento incontestable, las desavenencias con el fundador, Leonardo del Vecchio, terminaron con la salida de Guerra, previa indemnización de más de US$10 millones.
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Guerra llevó a cabo planes expansivos, con aperturas y crecimiento de ventas, como presidente ejecutivo de Eataly (cadena de tiendas gourmet) antes de recalar en LVMH, donde dirigió la división hotelera y, desde junio, ejerce como consultor estratégico. El milanés conducirá desde enero un grupo que posee las marcas de moda Prada y Miu Miu, la firma deportiva Luna Rossa, los calzados Car Shoe y Church’s e incluso una cadena de pastelería tradicional milanesa, Marchesi. Una corporación que, tras un 2020 duro, con US$57 millones en pérdidas, recuperó el paso en 2021, presentando unos beneficios de más de US$300 millones.
«Es un paso fundamental para contribuir a la evolución del Grupo Prada y facilitar la sucesión de Lorenzo Bertelli, el futuro líder», declararon en un comunicado Miuccia Prada y Patrizio Bertelli, actuales codirectores del grupo y padres de Lorenzo. «Agradecemos a Andrea Guerra su disposición para aceptar el trabajo, con el objetivo de conseguir un crecimiento sostenido. Durante su dilatada experiencia ha demostrado habilidades emprendedoras en negocios donde los fundadores están presentes e implicados, aunando la cultura y las necesidades de una compañía que se mantiene en continua evolución y activa en los mercados internacionales».
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Por tanto, las intenciones de la familia están claras. No son, en absoluto, un secreto. Guerra asumirá la dirección ejecutivo de manos de los cinco codirectores actuales, que seguirán dentro en la corporación: los citados Miuccia Prada y Patrizio Bertelli, además de Paolo Zannoni, Andrea Bonini y Lorenzo Bertelli, el heredero natural y, salvo cambio de idea, futuro líder del grupo. Actualmente, el piloto de rallies licenciado en Filosofía ocupa el cargo de director de responsabilidad social corporativa, y de marketing y comunicación. Su paso al frente no tiene fecha, por el momento, pero el grupo comienza a preparar el terreno.
Borja Santamaría
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