El mundo despertó con la noticia de la caída de la mujer más poderosa de Bangladesh, ¿Por qué ocurrió esto? Las manifestaciones comenzaron en julio, cuando estudiantes universitarios iniciaron protestas pacíficas contra una ley que reservaba un tercio de los empleos en la administración pública para familiares de veteranos de la guerra de independencia de 1971. Con una tasa de desempleo juvenil elevada, esta política fue percibida como injusta y discriminatoria.
La represión policial a las protestas resultó en al menos 300 muertos, 90 de ellos solo este domingo pasado. Las escenas de vandalismo y saqueos no se hicieron esperar, incluyendo la destrucción del museo Bangabandhu en Daca. Pero, es menester comenzar por conocer más sobre Sheikh Hasina, la primera ministra que dimitió luego de tres mandatos consecutivos.
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La vida política de Hasina comenzó con una tragedia en 1975, cuando su padre, Sheikh Mujibur Rahman, fue asesinado durante un golpe de Estado. Este evento no solo le arrebató a su padre, sino también a gran parte de su familia. Con solo 28 años, Hasina se convirtió en la heredera del legado político de su padre, conocido como el «Padre de la Nación» por su papel en la independencia de Bangladesh de Pakistán.
Durante su exilio en Nueva Delhi, Hasina construyó una red de seguidores leales, preparándose para regresar a su país y continuar con la lucha política de su familia. En 1981, regresó a Bangladesh y rápidamente se convirtió en líder de la Liga Awami, el partido de su padre.
A Hasina se le conoce como la gobernante más veterana del Sur de Asia. Sheikh Hasina, ex primera ministra de Bangladesh, es una figura central en la política de su país. Su trayectoria, marcada por tragedias personales y grandes logros políticos, ofrece un ejemplo de liderazgo femenino en una región tradicionalmente dominada por hombres.
Bajo el liderazgo de Hasina, Bangladesh experimentó un notable crecimiento económico. Según el Banco Mundial, la tasa de pobreza en el país se redujo del 12% en 2010 al 5% en 2022. Este logro se debe en gran parte al auge de la industria de la confección y a políticas económicas que fomentaron el desarrollo y la inversión extranjera.
A pesar de sus logros, Hasina también enfrentó críticas por su estilo autoritario y su trato hacia los opositores políticos. Acusó a su rival, el Partido Nacionalista de Bangladesh (BNP), de ser «terrorista», lo que exacerbó las tensiones políticas en el país. Khaleda Zia, su principal oponente, ha estado bajo arresto domiciliario desde 2017 por cargos de corrupción.
Con la salida de Sheikh Hasina, el comandante del ejército, general Waker-uz-Zaman, ha anunciado la formación de un gobierno interino. Aún se desconoce quién asumirá las riendas del país. Mientras tanto, el hijo de Hasina, Sajeeb Wazed Joy, ha afirmado que su madre se retirará de la política, defendiendo su legado y rechazando las acusaciones de abusos.
El fin del liderazgo de Sheikh Hasina marca un punto de inflexión para Bangladesh. Su legado está marcado tanto por logros económicos impresionantes como por controversias y acusaciones de autoritarismo. El futuro del país dependerá de cómo se maneje esta transición y de quién tome las riendas del gobierno.
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