Sara Khadem, de la revolución del tablero al camino de la victoria femenina

Por | abril 29, 2024

Sara Khadem ha encontrado una nueva estabilidad en su vida, y los frutos de este renacimiento son evidentes. Hace apenas un año, buscando refugio en el sur de España, pronto se vio reconocida por el Gobierno. Por lo que fue nacionalizada en un proceso exprés en julio de 2023. Y ahora la española figura entre las 14 seleccionadas por la FIDE. En este sentido, estará compitiendo al lado de estrellas mundiales como las chinas Hou Yifan y Ju Wenjun.

El primer lugar  del Grand Prix Femenino está valorado en 30.000 euros, una posición que representa una posibilidad para Sara Khadem. Esta talentosa ajedrecista, oriunda de Irán y con 26 años de edad, ha conquistado dos importantes logros en un breve lapso de tiempo. Primero, escaló hasta la posición 13 en el ranking mundial de la modalidad clásica. Esto gracias a su brillante desempeño en el exigente Abierto de Llobregat. Y luego alcanzó la medalla de plata en el Europeo Relámpago de Montecarlo (Mónaco).

El circuito representa una oportunidad excepcional para que Sara Khadem continúe su ascenso en la clasificación mundial. A pesar de enfrentarse a una competencia feroz, que incluye a tres ex campeonas mundiales de ajedrez clásico: Tan Zhongyi (2017-2018), Alexandra Kosteniuk (2008-2010) y Mariya Muzychuk (2015-2016).

Además, se destacan las campeonas mundiales de ajedrez rápido Humpy Koneru, Kateryna Lagno y Anna Muzychuk. Por otro lado, las hermanas Muzychuk, aunque compiten representando a Ucrania, son prácticamente locales, ya que residen en Valencia desde que estalló la guerra en su país.

Sara Khadem: con la mirada puesta en el juego

A pesar de la estrategia inherente que se presume en todo jugador profesional de ajedrez, Sara Khadem (Teherán, Irán, 1997) nunca tuvo la intención de convertirse en una líder social. Su objetivo siempre fue destacar en su pasión desde la infancia. Así fue como se convirtió en su principal dedicación y la llevó a ser la número uno en su país antes de los 25 años.

 

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Sin embargo, su decisión de participar en un campeonato mundial sin hiyab a finales de 2022, una prenda obligatoria para las mujeres iraníes dentro y fuera del país, la convirtió en el símbolo de la revolución femenina contra el régimen. Aunque describe su gesto como «aparentemente pequeño», Sara había evaluado y asumido las consecuencias.

Esta acción provocó que el Gobierno emitiera una orden de búsqueda y captura en su contra, lo que la obligó a tomar la decisión de emigrar de inmediato a España, sin posibilidad de regresar a su país natal. Abandonó su tierra junto a su esposo, un cineasta, y su hijo. Poco más de un año después, ha reconstruido su vida en Marbella, ahora ostenta la nacionalidad española. Esto la convierte en una jugadora del equipo nacional, dándole cierta paz después de un período turbulento. Cuando se le pregunta sobre sus decisiones, Sara no muestra arrepentimiento alguno.

La líder femenina

«Ha sido una etapa de grandes cambios, no ha sido fácil. Pero estoy contenta con cómo manejé todo y cómo me siento en este momento», reflexiona en una entrevista para Vogue Business. La revista Time la ha nombrado como una de las Next Generation Leaders; este mes de mayo asistirá a la ceremonia de entrega de los premios Cartier Women’s Initiative, una firma de la que es amiga; y es la protagonista de la primera portada de Vogue Líderes by Santander.

 

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A pesar de todos estos honores, ella aclara: «Aunque todo esto es un verdadero honor para mí, me veo como una jugadora de ajedrez, no como una activista». A veces, las luchas crean iconos involuntarios, necesarios para humanizar historias y dar visibilidad a demandas, y es probable que estas tengan un impacto aún mayor. Sara continúa: «El hecho de haber utilizado mi habilidad para enviar un mensaje como este me motiva a ser una mejor profesional, porque cuanto mejor sea en mi campo, más se me escuchará y mayor será el efecto que pueda lograr».