El próximo 10 de septiembre, la vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Donald Trump se enfrentarán en un debate que podría definir el rumbo de las elecciones presidenciales de 2024. Este encuentro, organizado por ABC News en Filadelfia, será el primero entre ambos candidatos y llega en un momento clave de la contienda electoral.
Sin importar las reglas, Kamala Harris aceptó entablar debate con su principal competidor. Desde entonces, las expctativas no hacen más que subir.
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En este encuentro decisivo, los candidatos estarán sujetos a un formato de debate donde los micrófonos serán cerrados cuando no sea su turno de hablar. Esta medida, adoptada para evitar interrupciones, ya fue utilizada en los debates presidenciales de 2020, cuando Trump interrumpió repetidamente a sus oponentes, creando un ambiente caótico.
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La campaña de Harris insistió en un formato donde los micrófonos permanecieran abiertos todo el tiempo, pero finalmente aceptó las reglas establecidas por los organizadores. «Entendemos que Trump ha amenazado con retirarse si no se le permite su formato preferido», señaló la campaña de Harris en un comunicado. Para no poner en riesgo el debate, accedieron a las reglas propuestas.
A pesar de estas limitaciones, Harris tiene la oportunidad de destacarse en un formato más controlado, algo que ya demostró en el debate vicepresidencial de 2020 contra Mike Pence. En esa ocasión, su respuesta «Estoy hablando» ante las interrupciones de Pence se convirtió en un momento viral, consolidando su imagen como una líder fuerte y segura.
Con el respaldo de una recaudación histórica, Harris llega al debate con una base sólida y un apoyo creciente. Este encuentro será una oportunidad para que refuerce su posición como candidata demócrata y contraste sus políticas con las de Trump. Aunque Trump ha mantenido su base de seguidores fieles, la carrera por captar el voto indeciso será crucial para ambos candidatos en los últimos meses de la campaña.
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El debate, moderado por David Muir y Linsey Davis de ABC News, será transmitido en horario estelar y estará bajo la mirada atenta de millones de votantes que buscan claridad en un panorama electoral marcado por la polarización.
Antes del esperado debate, la campaña de Kamala Harris anunció que ha recaudado 361 millones de dólares en agosto. Más del doble de los 130 millones de dólares que logró el expresidente Trump en el mismo periodo. Harris ha conseguido casi tres millones de donantes en su primer mes completo como candidata. Lo que demuestra el fuerte respaldo que ha ganado desde que asumió el liderazgo de la campaña demócrata tras la retirada de Joe Biden.
El equipo de Harris también informó que concluyó el mes con 404 millones de dólares disponibles. Superando a la campaña de Trump por 109 millones de dólares. Este masivo fondo de campaña se utilizará para un esfuerzo en medios pagados de 370 millones de dólares. Y para sostener a su personal de campo, que cuenta con más de 2,000 personas distribuidas en 310 oficinas en estados clave.
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