En el imaginario colectivo, se ha instalado la imagen de la ejecutiva comiendo un sándwich frente al ordenador, mientras responde correos electrónicos y da órdenes a sus empleados. Esta escena, popularizada por innumerables películas, ha contribuido a malinterpretar lo que realmente significa la productividad y la gestión efectiva del tiempo en el trabajo. Así, hemos aceptado la idea de que para tener éxito, es necesario vivir estresadas y siempre ocupadas. Sin embargo, ¿es esto realmente cierto y te hace más productiva?
La realidad es que vivimos en una carrera cada vez más acelerada, en la que no solo perdemos calidad de vida, sino también hábitos esenciales para nuestra salud física y mental. Uno de estos hábitos es disfrutar de las comidas reunidos frente a una mesa, en compañía de la familia o amigos, un acto que cada vez es más raro y reservado para ocasiones especiales.
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Comer frente al ordenador, de manera acelerada y sin prestar atención a lo que consumimos, puede tener serias consecuencias tanto digestivas como emocionales. Irene Alonso Vaquerizo, psicóloga sanitaria especializada en Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) en adultos, explica que comer rápidamente e impulsivamente puede llevarnos a ingerir más cantidad de alimentos y a elegir opciones poco saludables.
Un estudio de la Unidad de Nutrición y Comportamiento de la Escuela de Psicología Experimental de la Universidad de Bristol, Reino Unido, revela que comer frente a la pantalla puede aumentar el apetito y la velocidad de ingesta. Según Jeff Brunstrom, coautor del trabajo publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition, «La memoria y la atención juegan un papel clave en la regulación del apetito y la cantidad de comida que consumimos.»
Laura Jorge, dietista-nutricionista y fundadora del Centro de Psicología y Nutrición que lleva su nombre, recuerda que el estrés nunca es buen compañero para la salud digestiva. «El estrés puede causar problemas como diarreas crónicas, síndrome de intestino irritable y malas digestiones. Comer rápido impide una digestión adecuada, y nuestro estómago no tiene dientes; cuanto más facilitemos su trabajo, mejor.»
Además, Jorge coincide en que comer en piloto automático nos lleva a consumir más cantidad de lo necesario, aumentando el hambre emocional y el típico picoteo. La relación entre comer frente a una pantalla y el consumo de alimentos ultraprocesados es directa. Este mal hábito, junto con una elección deficiente de alimentos y el sedentarismo, afecta negativamente nuestra salud a largo plazo.
Para mejorar nuestros hábitos alimenticios y evitar los efectos negativos de comer frente al ordenador, es crucial seguir algunas recomendaciones prácticas:
Para ser verdaderamente productivas, es esencial cuidar de nuestra salud física y mental. Adoptar hábitos alimenticios conscientes y saludables no solo mejorará nuestra calidad de vida, sino que también nos permitirá rendir mejor en nuestras actividades diarias. Comer frente al ordenador puede parecer una solución rápida, pero a largo plazo, es fundamental tomarnos el tiempo necesario para disfrutar de nuestras comidas de manera relajada y en buena compañía.
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