Aceptar las ‘cookies’ en los sitios web puede parecer un pequeño gesto, pero tiene grandes implicaciones para la experiencia del usuario y la eficiencia empresarial. Conchita Díaz y Maite Ballestar, dos mujeres líderes en el campo de la tecnología y la inteligencia artificial, comparten su perspectiva sobre este tema.
«Yo me quería dedicar a las artes, a la música, me encanta la actuación. Pero mi familia me dijo que tenía que estudiar una carrera de ciencias, y después de hacerlo, empecé a trabajar en redes,” comenta Conchita Díaz (Madrid, 1978). Hoy en día, Conchita es responsable de formación en Machine Learning y Big Data de Google Cloud para EMEA y formadora del programa Advanced Solutions Lab de Google a nivel mundial. Su interés en la inteligencia artificial surgió tras la implantación de un dispositivo médico que monitorea su salud. Su trayectoria refleja cómo la aceptación de nuevas tecnologías puede transformar vidas y carreras.
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Maite Ballestar (Zaragoza, 1975), Jefa de Consultores Analíticos de Google, lleva más de 25 años en el sector tecnológico. A lo largo de su carrera, ha observado la importancia de la diversidad en los equipos de trabajo y cómo esto afecta el desarrollo de productos y servicios. Según Maite, la inclusión de diferentes perspectivas es crucial para evitar sesgos, como los que se han observado en los sistemas de prueba de airbags o en plataformas como YouTube.
Conchita y Maite destacan que aceptar las ‘cookies’ proporciona accesibilidad a la información y facilita la personalización de los servicios. «Tener accesibilidad a la información te proporciona libertad,” afirma Maite. “Un ejemplo muy sencillo: cuando consultas la temperatura o el tiempo que va a hacer cuando te vas de viaje, el poder decidir qué ropa te llevas o qué tipo de actividad vas a realizar… Tienes esa capacidad de decisión a partir de unos datos.”
Conchita añade que las plataformas de educación online han democratizado el acceso a la enseñanza gracias a los datos recopilados por las ‘cookies’. “Cualquier persona en cualquier parte del mundo con cualquier nivel socioeconómico puede acceder a una gran cantidad de información de alta calidad.”
Las ‘cookies’ no solo benefician a los usuarios en términos de navegación y personalización, sino que también tienen un impacto significativo en la salud y la educación. Conchita menciona su dispositivo médico como un ejemplo de cómo los datos pueden mejorar la calidad de vida. “El dispositivo que llevo detecta si no me fluye la sangre y tengo que recuperar oxígeno. Todo eso es gracias a los datos.”
Además, en el ámbito educativo, las ‘cookies’ permiten adaptar los contenidos a personas con diversas capacidades. “Podemos disponer de formación con subtítulos o con audiodescripciones; para aquellos con algún tipo de diversidad cognitiva o intelectual existen los asistentes personales de educación, que adaptan los niveles al alumno para no desmotivarle,” explica Conchita.
Aceptar las ‘cookies’ puede parecer un gesto insignificante, pero tiene un profundo impacto en la experiencia del usuario y la eficiencia empresarial.
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