En el competitivo mundo laboral, es común medir nuestra autoestima en función de nuestros logros profesionales y compararnos constantemente con los éxitos de los demás. Sin embargo, esta práctica puede ser perjudicial para nuestro bienestar emocional. Tomás Navarro, reconocido psicólogo, comparte su perspectiva y experiencia personal sobre por qué nuestra valía no debería depender de los logros laborales.
Navarro señala que es fundamental reconocer que no todos comenzamos desde el mismo lugar. Algunas personas tienen ventajas debido a sus conexiones o circunstancias, y aunque esto pueda parecer injusto, es una realidad que debemos aceptar. Él mismo se compromete a asegurar que su hija tenga mejores oportunidades iniciales que las que él tuvo, pero también enfatiza que ella debe demostrar su valía cuando llegue el momento.
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A menudo, los contactos y las redes de apoyo pueden ser más determinantes para alcanzar ciertas posiciones que las propias competencias profesionales. Navarro sugiere que, aunque esto pueda ser frustrante, es crucial hacerse visible y demostrar nuestro valor. «No basta con trabajar bien, es importante que la gente sepa que trabajas bien», afirma.
Para algunos, mantener contento a su jefe es más importante que ser honesto y trabajador. Navarro ha optado por la honestidad y la transparencia a lo largo de su carrera, lo que le ha ganado una reputación de claridad y análisis, aunque también le ha costado algunas oportunidades de trabajo.
Existe una diferencia entre tener las competencias profesionales necesarias y saber cómo posicionarse para ascender. En una charla sobre talento femenino, Navarro destacó que, mientras los hombres suelen ser buenos escaladores, no siempre son los mejores líderes. Esta distinción es clave para entender por qué puede ser más difícil para las mujeres alcanzar puestos directivos.
Navarro concluye mencionando la existencia de protegidos, pactos de silencio y compromisos en el mundo laboral. Aunque estas prácticas puedan ser desalentadoras, conocer su existencia puede ayudarnos a manejar mejor nuestras expectativas y aprovechar las oportunidades disponibles.
Navarro invita a reflexionar sobre nuestras propias expectativas y a no permitir que nuestra autoestima dependa de comparaciones fuera de contexto. Al final del día, nuestra valía no se mide por los logros profesionales, sino por nuestra integridad y capacidad de seguir adelante a pesar de las adversidades.
Desvincular nuestra autoestima de los éxitos profesionales propios y ajenos no solo es liberador, sino también necesario para nuestro bienestar emocional. Al aceptar que el camino hacia el éxito es diferente para cada persona y que muchas veces está influenciado por factores externos, podemos centrarnos en nuestro propio crecimiento y satisfacción personal.
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