La obsesión por llevar una vida saludable ha ganado terreno en la sociedad contemporánea, donde cada vez más personas optan por una alimentación equilibrada y consciente.
Sin embargo, ¿qué sucede cuando esta búsqueda de salud se convierte en una obsesión patológica? La ortorexia, un trastorno alimenticio poco conocido pero en aumento, nos muestra que incluso las decisiones más saludables pueden volverse perjudiciales cuando se llevan al extremo
La ortorexia, cuando se comprende y se trata, nos impulsa a cultivar una relación más saludable con la comida y con nosotros mismo
La ortorexia no surge de la noche a la mañana, sino que se desarrolla gradualmente. En su fase inicial, la persona simplemente elige consumir alimentos saludables como parte de una dieta equilibrada para mejorar su estado físico.
Esta elección nutricional es lícita y en muchos casos, una excelente opción. Pero, cuando esta elección se intensifica y se convierte en una obsesión, surge la ortorexia. Esta patología se caracteriza por una preocupación patológica hacia la comida biológicamente pura, donde la persona experimenta una compulsión por consumir únicamente alimentos que perciben como saludables.
Identificar la ortorexia puede ser difícil, ya que muchos de sus síntomas se solapan con comportamientos saludables. Existen señales de alerta que podrían indicar la presencia de este trastorno:
Eliminación drástica de alimentos: Las personas con ortorexia eliminan de su dieta ciertos alimentos de forma radical, no por preferencia personal, sino porque los consideran no saludables. Esto puede llevar a una dieta desequilibrada y poco variada, con consecuencias negativas para la salud.
Para prevenir la ortorexia, mantén un enfoque equilibrado hacia la alimentación, evita la obsesión por la pureza de los alimentos y busca ayuda profesional si es necesario.
La Dra. Beatriz Ayllón Martín, médico psicoterapeuta de la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicoterapia, destaca que la ortorexia nerviosa es un comportamiento obsesivo caracterizado por una preocupación excesiva por la alimentación saludable.
Este trastorno puede llevar a conductas extremas, como la eliminación de alimentos considerados impuros o la imposición de dietas estrictas como forma de castigo. Además de las implicaciones físicas, la ortorexia puede tener graves consecuencias psicológicas, incluyendo sentimientos de culpa y aislamiento social.
La necesidad de seguir estrictamente las directrices alimentarias puede llevar a que las personas eviten situaciones sociales donde no puedan controlar lo que comen, afectando así sus relaciones interpersonales.
A pesar del creciente interés en la ortorexia, persiste un debate sobre su naturaleza. ¿Es simplemente un comportamiento o un trastorno mental? Algunos expertos cuestionan si es un trastorno único o una consecuencia de otros desórdenes alimentarios. La ortorexia puede preceder, sobrevenir o coexistir con otros trastornos alimentarios, lo que complica su diagnóstico y tratamiento.
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Si bien la ortorexia puede ser difícil de diagnosticar, es crucial abordar este trastorno tempranamente para prevenir daños irreversibles para la salud. En última instancia, la ortorexia nos recuerda la importancia de mantener un equilibrio en nuestras elecciones alimentarias y buscar ayuda profesional si nuestras preocupaciones por la salud se convierten en una obsesión perjudicial.
