Por: Carlos Arturo Guisarre
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Te graduaste. Quizás no consigues el trabajo de tus sueños, no quieres cumplir con un horario de oficina o no quieres trabajar con tus padres. Entonces se te ocurre que quieres emprender.
Tal vez es el mito de Silicon Valley con el que crecimos en los 1990. Posiblemente te has creído todo eso del apoyo a las pymes o quieres imitar a los nuevos héroes o heroínas que “desde abajo” iniciaron rentables negocios que ahora les facilitan ingresos para viajar y tiempo para ir al gimnasio. Desde ahora te digo que si quieres emprender, cosa buena deseas, pero infórmate, este artículo es una gota de agua en el océano de la literatura sobre emprendimiento.
Desde mi punto de vista, los negocios se sustentan sobre tres C: conocimiento, capital y contactos. Expliquemos estas tres variables a partir de mis empresas preferidas, las reposterías.
Saber lo que estás haciendo, cómo se hace. En la repostería, por ejemplo, tener conocimiento consiste en dominar las recetas de los bizcochos, entender cómo se hace un buen café y contar con buenas estrategias de servicio al cliente.
Otro ejemplo, en un fondo de inversión el conocimiento tiene que ver con conocer las leyes, entender las reglas fiscales y tener buen ojo para identificar una buena inversión.
La universidad es una fábrica, en teoría, de gente con conocimiento que las empresas emplean puesto que necesitan ese ingrediente para llevar a cabo el negocio. Si colocas un parque eólico, debes contratar profesionales que entiendan la energía basada en el viento.
La repostería necesita maquinaria para la fabricación de sus productos, ya sea hornos, sartenes, ollas, mezcladoras, batidoras, en fin, lo necesario para hacer repostería. También vas a necesitar una cantidad de dinero por adelantado para comprar harina, azúcar y otros ingredientes. Eso es capital, lo que se utiliza para convertir el conocimiento y el trabajo en productos.
Si quieres, por otro lado, fundar una empresa de transporte de pasajeros, los capitales más obvios que puedes emplear son los autobuses.
Siguiendo con la repostería, necesitas saber a quién comprarle la harina, quién te puede reparar el horno y a qué suplidor pedirle el gas con menor precio. También te vendría bien tener una lista de colmados a las cuales colocarles bizcochos o empresas que contratan mesas de dulce por encargos. Sería útil de igual manera conocer wedding planners que contratan tortas de tres pisos. Esos son los contactos.
En mi opinión, debes empezar un negocio cuando cuentes con al menos dos de tras tres Cs que explicamos aquí, porque si no, no podrás insertarte en el mercado de dependerás mucho de otras personas que te puedan colaborar en un momento dado.
Si tienes conocimientos y capital, puedes comprar los contactos. Si tienes capital y contactos, puedes contratar el conocimiento. Si tienes contactos y conocimiento, puedes ir a un banco o buscarte un inversionista que coloque el capital. Pero no contar con al menos dos de estas variables te hace un emprendedor vulnerable.
Es lo que no te dicen en esas charlas de motivación, pero para eso tienes el Weekend Money. Emprende con valentía, pero con consciencia.