En los últimos años, los fondos de capital de riesgo (VCs) han crecido exponencialmente en América Latina, atraídos por un mercado emergente con oportunidades de alto potencial. Sin embargo, muchas de las estrategias de inversión tradicionales que han sido exitosas en Estados Unidos y Europa no se adaptan a las realidades del entorno latinoamericano.
El panorama económico y político de la región presenta desafíos únicos que requieren un enfoque más flexible y localmente adaptado. Especialmente para las mujeres, cuya participación en el capital de riesgo suele ser menor.
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Una de las principales diferencias entre los mercados desarrollados y Latinoamérica es la estabilidad económica. Los ciclos de inversión en Estados Unidos suelen ser más largos, con foco en el crecimiento a largo plazo y la búsqueda de unicornios. No obstante, en América Latina, las startups enfrentan mayores riesgos debido a la volatilidad política y fluctuaciones económicas. Por tanto, los VCs deben optar por ciclos de inversión más cortos y valoraciones realistas.
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«Los inversores deben adaptarse a las particularidades del mercado local para maximizar los rendimientos», comenta Daniel Lloreda, socio fundador de HTwenty Capital Innovation. “No se trata solo de identificar oportunidades, sino de crear una tesis de inversión que tenga en cuenta los cambios políticos y las inestabilidades económicas.”
Datos recientes muestran que la valoración promedio de una startup en la etapa presemilla es de 2 millones de dólares en América Latina, en comparación con 6 millones de dólares en Estados Unidos. Esto indica una necesidad urgente de ajustar las expectativas y enfocarse en valoraciones sostenibles que permitan un crecimiento orgánico.
El mercado latinoamericano se ha vuelto atractivo para sectores como fintech y SaaS, que ofrecen ciclos de retorno más rápidos y escalabilidad, lo cual es crucial para mitigar el riesgo. La inversión en deeptech y tecnologías avanzadas puede ser arriesgada debido a los tiempos de maduración prolongados y la incertidumbre del entorno económico.
Cristian Guardia, socio fundador de Add Ventures Capital, señala: “En lugar de apostar por unicornios, los VCs están buscando empresas con potencial de crecimiento sostenible, con valoraciones entre 300 y 600 millones de dólares. Esta es una estrategia más adecuada para la realidad del mercado latinoamericano.”
En mercados volátiles como el latinoamericano, los VCs deben ofrecer mucho más que dinero. Los fondos de inversión que proporcionan apoyo adicional, como acceso a redes de clientes y asesoría en branding, están mejor posicionados para ayudar a las startups a superar desafíos y reducir riesgos.
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«Un VC no es un banco, es un socio. Debe aportar valor estratégico a la startup», comenta Benjamin Langer, socio de Seedstars. «Es fundamental que los VCs se enfoquen en sectores que conocen bien y mantengan un portafolio reducido para poder ofrecer un apoyo significativo.»
Una táctica efectiva para los VCs en la región ha sido crear alianzas con fondos de inversión más grandes en Estados Unidos. Estas colaboraciones no solo facilitan la recaudación de rondas de financiamiento en etapas avanzadas, sino que también permiten a los VCs liquidar parte de sus participaciones en el mercado secundario, reduciendo así el riesgo y aumentando la flexibilidad financiera.
Guardia agrega: “Los fondos que buscan alianzas internacionales no solo están ayudando a sus startups a escalar, sino que también están creando oportunidades para salidas parciales, lo que proporciona liquidez y fortalece la posición del VC en el mercado.”
El futuro del capital de riesgo en América Latina no está en la búsqueda de unicornios, sino en la construcción de un portafolio equilibrado que priorice valoraciones sostenibles y estrategias de salida tempranas. Los VCs que adapten sus estrategias a las particularidades de la región estarán mejor posicionados para enfrentar la volatilidad y contribuir al crecimiento económico de manera más robusta y estable.
Este enfoque permitirá una mayor colaboración entre Estados Unidos y América Latina, fortaleciendo la industria de capital de riesgo en la región y asegurando un crecimiento sostenido para las próximas décadas.