¿Te enfrentas a un problema nuevo y difícil en el trabajo o en tu vida? ¿Tratas de entender tu nuevo papel y qué aportes tienes? Si es así, el pensamiento crítico, que no es más que la capacidad de analizar y desglosar eficazmente un problema para tomar una decisión o encontrar una solución, será fundamental para su éxito.
Es precisamente en el corazón del pensamiento crítico que está la capacidad de formular preguntas profundas, diferentes y efectivas. Al respecto escribe Clayton M. Christensen, un especialista en gestión, que analizó por años las preguntas de sus compañeros de estudio en Harvard.
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Él llevaba un cuaderno a clases y anotaba las preguntas más interesantes que hacían otros alumnos. Luego se iba a casa y reflexionaba sobre cómo y por qué los estudiantes las habían formulado.
Saber abordar la curiosidad es un factor clave para tener una mejor visión de una nueva situación o resolver algunos de los problemas más difíciles. A continuación, le indicamos algunas formas de mejorar su capacidad para hacerle preguntas a las situaciones:
Basado en el método científico, este proceso permite a los equipos resolver problemas de forma rápida y eficiente.
Se trata de formular una respuesta temprana a un problema y, a continuación, indagar en los datos para intentar mejorarlos y refinarlos. Sin embargo, el núcleo es mantener la hipótesis a la ligera.
El pensamiento crítico nos invita de continuo a reconsiderar nuestras conclusiones iniciales y tenemos que estar dispuestas a hacerlo libremente y sin estar a la defensiva.
Esto suena simple, pero la clave de hacer buenas preguntas es escuchar activamente. Escucha activa es el proceso de entender lo que dice otra persona, tanto explícita como implícitamente, al tiempo que demuestra que está comprometido e interesado.
La escucha activa también ayuda a anular el «motor de predicción» de nuestro cerebro para hacer mejores preguntas.
Cuando resolvemos problemas, a menudo caemos en el pensamiento de grupo. Conviértete en la persona que haga la pregunta contradictoria, la que desafíe el pensamiento convencional del grupo y reconsidere los primeros principios.
Existe la posibilidad de que tu pregunta esté fuera de lugar, meas aún si el grupo está en la vía correcta.
En el mundo que vivimos tratamos de tomar decisiones demasiado rápido. Pero las mejores preguntas suelen formularse después de considerarlo y de una buena noche de descanso. El sueño puede ayudar a que el cerebro asimile un problema y lo vea con meas claridad.
Resiste la urgencia innecesaria. Planifica un proceso que te permita resolver un problema durante varios días o más. Las preguntas que se formulan en una reflexión tranquila pueden ser más poderosas que aquellas que se plantean al momento.
El tipo de preguntas profundas que permiten el pensamiento crítico, a menudo se formulan en cadenas de investigaciones de seguimiento cada vez más profundas. Los niños son el mejor ejemplo de ello, cuando preguntan «por qué» decenas de veces, hasta poner a los adultos a reconsiderar su respuesta inicial.
Si bien no necesitas hacer una letanía de «por qué», debes hacerte preguntas de seguimiento, incluso difíciles. El pensamiento crítico es la base para resolver problemas complejos de formas nuevas y emocionantes.
Desarrollar esta habilidad es clave te ayudará a afrontar nuevos roles, a establecerte en tu organización o simplemente a enfrentar un enigma. Aprende a formular y hacer preguntas, en lugar de simplemente responderlas.
Por: Karime Rivas / HBR.
