¿Listas de propósito para este año? Claro que sí, sólo si no añade carga psicológica a nuestras vidas y esto se logra solo trazando objetivos realistas. Las estadísticas no hablan a favor del cumplimiento de este listado, el Journal of Clinical Psichology en un estudio, consiguió que solo el 8% de las personas que elaboran una lista de propósitos para el año realmente la cumple.
Strava, una red social para atletas, analizó más de 30 millones de publicaciones a nivel mundial para determinar la fecha exacta en la que la mayoría renuncia a sus metas: el 12 de enero es, por antonomasia, el día en el que nos damos por vencidos. Aún así, es una costumbre que no deja de ser tendencia año tras año. Si este 2022 no quieres sentirte frustrada antes de febrero, toma nota de los consejos que brindan las mayores expertas en la materia consultadas en una compilación realizada por Vogue Business by Santander.
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La psicóloga y coach Julia Pascual asegura que establecer objetivos extremadamente ambiciosos o plantearse demasiadas metas son las principales causas del fracaso. «La necesidad de un plan muy detallado, con objetivos muy simples es fundamental. Cuanto más cortos sean los peldaños más fácil será subir la escalera. Pequeños pasos significa pequeños cambios que poco a poco van sumando la energía para conseguir un gran cambio», asegura.
La psicóloga y psicoterapeuta Rosario Linares de El Prado Psicólogos (España) explica que uno de los motivos por los que fracasamos es ponernos como objetivo «metas que todo el mundo se pone, pero que en realidad no tienen un gran significado para nosotros. El ejemplo más emblemático es cuando decidimos apuntarnos a un gimnasio porque todos a nuestro alrededor lo han hecho pero en realidad esa actividad no nos resulta lo suficientemente interesante como para guiar nuestra conducta durante varios meses. Como resultado, después de las primeras semanas de entrenamiento, abandonamos el proyecto».
En un estudio publicado en Personality and Social Psychology Bulletin, «se descubrió que los participantes creían que, para el cumplimiento de los objetivos, era importante tanto el hecho de disfrutar como la importancia del objetivo en cuestión.
Sin embargo, contrariamente a lo que los participantes creían, la investigación demostró que únicamente el disfrute predecía la persistencia en el objetivo a largo plazo. Esto quiere decir que cometemos un error al asumir que nos mantendremos firmes al plan para alcanzar nuestra meta solo porque es importante. En cambio, lo que realmente importa a la hora de cumplir con nuestros propósitos de Año Nuevo es cuánto podemos disfrutar de nuestros esfuerzos iniciales para alcanzar esa meta».
En este aspecto, las redes sociales jugarán a tu favor, aunque muchos te hayan instado a no compartir tu vida privada. Según descubrió un estudio dirigido por Rena R. Wing, una de las mayores expertas mundiales en obesidad y pérdida de peso, las personas que comparten sus objetivos y progresos tienen mayor índice de éxito que aquellos que no. «El apoyo social es un gran empuje para lograr nuestros objetivos», asegura la psicóloga Cristina del Rio Antón, quien además sugiere que «busques a alguien a quien rendir cuentas: busca un amigo que te pregunte y se preocupe frecuentemente por tus avances. Te ayudará».
A veces el miedo al cambio es nuestro mayor enemigo. La psicóloga y psicoterapeuta Rosario Linares de El Prado Psicólogos asegura que «toda meta implica, en cierta medida, una transformación que nos obliga a salir de nuestra zona de confort, a esforzarnos y cambiar algunos de nuestros hábitos».
A menudo la simple idea del cambio es suficiente para infundir temor, por eso muchas personas prefieren quedarse en su zona de confort y aplazan continuamente las tareas para un mañana que jamás llegará. Si eres de las que suelen procrastinar, recuerda que carecer de un plan detallado es la vía más segura para no lograr una meta.
Que por un día te hayas desviado del plan original no puede significar que abandones tus objetivos. «La perfección es inalcanzable y los errores forman parte de nuestro camino hacia el éxito», nos recuerda la psicóloga Cristina del Rio Antón: «El secreto para cambiar un hábito es la repetición. Si quieres cambiar un hábito repite, repite, repite, repite y vuelve a repetir. Cuando creas que has fracasado analiza el tropiezo, encuentra que has hecho bien y que has hecho mal, revalúa y vuelve al ataque. No puedes conseguirlo a la primera precisamente por las características propias de un hábito. Sigue intentándolo».
«Es fácil desmotivarse cuando uno solo se fija en los retrocesos y en los fracasos», apunta Blanca Díaz, psicóloga y coach estratégica en el gabinete Terapia Breve Estratégica. «Observar los logros, por pequeños que estos sean, nos da la energía necesaria para continuar con el esfuerzo. Si solo vemos lo negativo terminamos por sobrevalorarlo y como consecuencia de ello somos incapaces de ver y dar valor a nuestros éxitos, consiguiendo un grado de insatisfacción tal que nos llevará de cabeza a la frustración», concluye. (NF)
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